Madrid.— Lo suyo es el cine pero de vez en cuanto Eugenio Caballero, diseñador de producción mexicano ganador del Oscar, acepta nuevas tareas para sentirse incómodo.

Esta vez, aceptó hacerse cargodel altar de Día de Muertos que ayer fue inaugurado en la Casa México en esta ciudad.

“Este trabajo parte de una experiencia muy personal. Porque cuando ponemos altares le dices a tus hijos quiénes eran tus padres, tus abuelos, tus bisabuelos. Ahí vas armando tradición, discurso”, explica Caballero emocionado.

“El cine es lo que más hago, pero de pronto necesito sentirme un poco incómodo, no saber cómo voy a acabar resolviendo una pieza. Este proyecto viene de una invitación concreta de la Casa deMéxico que impone en el buen sentido, porque es un espacio hermoso”, explica.

Caballero no quiso aproximarse a un altar tradicional, sino “inventar” una historia.

“Trabajamos con artesanos con los que tenía ganas de colaborar desde hace tiempo. Me pareció una bonita forma de incluirlos”.

Homenaje a Macario

En el altar hay un guiño a, protagonizada por Ignacio López Tarso.

“(Es) uno de mis filmes favoritos que está basado en un relato de B.Traven. Con el maestro de fotografía Gabriel Figueroa. Me parecía que plasmaba mucho ese sentido de ida y vuelta de talento que creo que esta Casa representa. Busqué que los objetos no fueran estéticos, sino narrativos. Que todos contaran una historia”.

El corazón de toda la exposición parte del Mictlán (lugar de los muertos, en náhuatl).

Eugenio comenta que le pidió al artesano guerrerense experto en pintura en amate, Javier Martínez Pedro, que hiciera dibujos en los que se contara la historia de cómo viaja un cuerpo en ese lugar de transición entre la vida y la muerte hasta llegar con Mictlantecuhtli (dios del inframundo azteca) para “traducirlo en el papel picado que se muestra en la exposición”.

Ejemplar de EL UNIVERSAL, de 1979, presente en el altar creado por Eugenio Caballero para la Fundación Casa de México en España. Foto: Alejandra Musi/EL UNIVERSAL.
Ejemplar de EL UNIVERSAL, de 1979, presente en el altar creado por Eugenio Caballero para la Fundación Casa de México en España. Foto: Alejandra Musi/EL UNIVERSAL.

El creador logró que el altar sea una obra no sólo de arte, sino también de ingeniería.

“La muerte se puede vivir de otras maneras. En mi altar hay un tono de melancolía y un carácter profundamente festivo y anclado en nuestras raíces”, comenta Caballero en el marco del Stage México Produce.

En su caso, dice, siempre pone sus altares con su familia.

“Es todo un evento, lo disfruto y lo hago con esmero. No es que yo conviva con el tema de la muerte todo el año, pero es un buen pretexto para abrirle la puerta a los recuerdos y a las memorias que nos dejaron nuestros seres queridos”.

Para Caballero, la muerte se come, en pan, porque el pan de muerto tradicional tiene huesos, y también las calaveras de azúcar.

“Al final la muerte es parte de uno”, reflexiona.

En medio de las celebraciones de Día de Muertos, Caballero comparte que está por estrenar la película Pedro Páramo, que le permite compartir su experiencia con las nuevas generaciones.

“Yo me formé como autodidacta en una época sin internet, era un viaje solitario. Ahora me interesa compartir con los jóvenes lo aprendido”.

Ximena Caraza, directora de esta Institución, reconoció el trabajo del diseñador mexicano en la realización del altar.

“Verlo trabajar y cómo está ahí entregado con su equipo sin descanso día y noche es maravilloso. Yo te veía suda y suda Eugenio”, comenta Caraza bromeando.

Se espera que más de 100 mil personas visiten el altar que estará expuesto en elemblemático edificio que se encuentra ubicado en el corazón madrileño, hasta el 10 de noviembre.

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