El se ha convertido en una tendencia popular en los últimos años, promovido como una herramienta para perder peso y mejorar la salud en general. Este enfoque de alimentación consiste en alternar períodos de consumo de alimentos con tiempos de ayuno, generalmente entre 12 a 16 horas. Sin embargo, aunque puede ofrecer ciertos beneficios, no es adecuado para todas las personas, especialmente para aquellos que padecen ciertas enfermedades.

Sandra Moñino, nutricionista y autora del libro Adiós a la inflamación, destacó en una intervención en COPE que el ayuno intermitente puede brindar beneficios metabólicos importantes, como darle un "descanso" al organismo. Sin embargo, se debe comprender que el objetivo del ayuno intermitente no es la reducción de , sino reorganizar los momentos en que se consumen.

La forma común de realizarlo, según explicó Moñino, es cenar alrededor de las ocho de la noche y no ingerir alimentos nuevamente hasta el mediodía del día siguiente. Durante estas aproximadamente 16 horas de ayuno, el cuerpo utiliza reservas de energía y, según defensores del método, esto puede ayudar en la quema de grasas.

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A pesar de sus posibles ventajas, Moñino fue clara al señalar que esta práctica no es adecuada para todos, en especial para quienes tienen enfermedades particulares. Las personas con diabetes, por ejemplo, deberían evitar el ayuno intermitente, ya que, según la nutricionista, podría causarles picos peligrosos de glucosa en sangre. Los diabéticos dependen de una ingesta regular de alimentos para mantener niveles estables de azúcar, y el ayuno prolongado podría poner en riesgo su bienestar.

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El ayuno intermitente no debe confundirse con simplemente pasar horas sin comer. Moñino aclara que ayunos más cortos, como los de 13 horas, no se consideran intermitentes, aunque puedan tener sus propios beneficios. Además, insiste en que la práctica del ayuno debe ser gradual, permitiendo que el cuerpo se acostumbre poco a poco para minimizar efectos secundarios.

Finalmente, Moñino recomienda que quienes decidan probar el ayuno intermitente lo hagan bajo supervisión médica, especialmente si están tomando medicamentos que requieren ser ingeridos con alimentos. La clave está en ajustar el régimen sin poner en riesgo la salud.

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