Hace un año, Jannik Sinner —el mejor tenista del mundo en los últimos 18 meses y uno de los deportistas más laureados durante 2024 y el inicio de 2025— dio positivo por una sustancia prohibida llamada Clostebol; sin embargo, era tan insignificante la cantidad que las agencias dedicadas a la investigación de dopajes se manifestaron al decir que no merecía castigo, ese que tanto sus amigables “adversarios” se dedicaron a exigir.

La agencia FITP defendió, con explicaciones técnicas muy claras y de acuerdo con su reglamento, a su mejor jugador, siendo absuelto por la Agencia Internacional de Integridad del Tenis (ITIA), pero —ante tanta presión por parte de algunos jugadores y periodistas— el caso fue reabierto por otra agencia la AMA, que es el principal órgano en todo el planeta.

El italiano, desde el primer momento, comentó que “siempre he aceptado que soy responsable de mi equipo” y, ante esta grave equivocación, no cabe duda de que el culpable es Jannik Sinner.

La situación se tornó complicada cuando las agencias oficiales especializadas se manifestaron, después de las investigaciones pertinentes, acerca de que la cantidad de sustancia prohibida era tan insignificante que no producía absolutamente nada en el cuerpo de Sinner y decidieron no castigarlo, a pesar de que en dos ocasiones Jannik dio positivo.

Han existido vergonzosas y ruidosas declaraciones de algunos jugadores en contra de Sinner, sumándose las redes sociales y algunos periodistas, como si fueran jueces especializados, para que el jugador fuera castigado.

Las agencias antidrogas y los representantes de Sinner acordaron crear un castigo de tres meses al tenista italiano.

Los primeros dos sin jugar al tenis y el tercero sin participar en torneo alguno, del 9 de febrero al 4 de mayo, terminando así con todas las especulaciones.

Si las agencias antidrogas para los deportistas no lo castigaron con más peso es porque no existen los suficientes elementos para darle una sanción mayor. Además, las mismas agencias han dejado claro con su veredicto que “Sinner no tenía la más mínima intención de hacer trampa”.

El delicado tema de comunicación fue pésimamente manejado por las instituciones y el mismo equipo de Sinner, hasta que la sangre llegó al río, en donde los amigables “adversarios” se quisieron convertir en agencias antidrogas, sin tener idea del daño que estaban causándole a su propio deporte, porque a Jannik Sinner tendrán que derrotarlo jugando al tenis y no con vergonzosas acusaciones sin fundamentos suficientes.

luis@vamosdeportes.com

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.

Google News

TEMAS RELACIONADOS