La inauguración de la FIL Coyoacán fue linda. Sentimos el aura de la eternidad. Hubo aplausos y la más reconocida fue Elena Poniatowska, que nos regaló 120 sonrisas que flotaron, por horas, sobre los asistentes que se tomaban selfies con ellas. El alcalde Giovani Gutiérrez Aguilar es un decidido impulsor de la cultura. Sabe que el perfil de Coyoacán está históricamente ligado a esta forma de hacer una buena vida y parece que el señor disfruta cada momento en que participa. Debo agradecer a Gerardo Valenzuela y a su equipo, responsables de que estemos a tiempo y de que nuestras participaciones resulten mejor de lo planeado. Ucha. Coahuila fue el estado invitado a la par que Japón, con sus danzas y su literatura. Fue lindo también ver tantos libros y a las personas comprando, celebrando y comentando la grandeza de la Feria de Coyoacán, FILCO.
La presea Frida Kahlo de las Artes fue para la poeta y novelista colombiana Piedad Bonnett, autora que sacude el alma con su literatura deslumbrante. Marco Antonio Campos se hizo acreedor a la medalla FILCO-Círculo de poesía José Juan Tablada. El gran BEF fue reconocido por sus 35 años de carrera exitosa, acción que fue celebrada en todo el país por sus amigos de La Lista Negra. Pues sí, ni modo que qué. Les cuento que la presencia de escritoras y escritores fue numerosa. ¿Saben qué fila fue la más larga para la firma de libros? La de Laura Esquivel, a poco no es lindo que a los jóvenes les guste su gran novela. Lástima que no llegó Tita con el chocolate. Leonor terminó guardando las tazas de talavera que compró para la ocasión. Saludamos a los poetas sinaloenses Mario Bojórquez y Mijail Lamas. Como siempre bien plantados. Y ahí estaba toda la magia de la literatura en el jardín Hidalgo.
Entre las mesas de escritoras, hubo dos que llamaron la atención. Escritoras tardías exitosas, cómo lo lograron. En la primera mesa estuvieron Mónica Castellanos y Susana de Murga ante una sala llena. ¿Y qué ocurrió? Nos contaron su concepción del trabajo literario, la paciencia para no ceder a ningún obstáculos, a no conceder a la edad ninguna importancia y el placer sin nombre de tener lectores llenos de preguntas que buscan la firma de sus libros. Fue una jornada realmente agradable, sobre todo porque los presentes pudieron explicarse cómo estas señoras son dos de las escritoras más importantes de este tiempo. Cómo bien saben, todos querían tomarse fotos con ellas. La otra mesa fue al día siguiente y se reunieron Suzette Celaya y María Antonieta Mendívil para describirnos sus procesos narrativos y cómo deciden sobre las historias que cuentan. Conversaron largo sobre la creación de personajes y la manera en que pueden llevar la novela sobre sus hombros. Para los escritores que escuchamos sus palabras fue un impulso de cómo un historia probable, con trabajo, se convierte en una historia posible. Muy didáctico.
FILCO es una gran feria. Se nota el respaldo del alcalde Gutiérrez Aguilar que también es lector. Debo señalar que es un proyecto independiente y autogestivo. Que apoyan, además del alcalde, empresarios, vecinos, intelectuales, universidades, editoriales, periodistas culturales y toda esa marea de personas que adquiere libros, artesanías, carteles y se suma feliz con el deseo sincero de que se realice la V feria, porque en la que estuvimos fue la IV. ¿Saben que hubo tortillas de harina y carne machaca? Pero eso se los cuento después.