El 1º de junio México hubo un ejercicio electoral para elegir los puestos claves del Poder Judicial a nivel Federal y de varios estados mexicanos. Este análisis tratará de ponderar la participación de las iglesias y los ciudadanos que son creyentes en dicho proceso

La política suele pensarse en términos de procesos electorales y los expertos diferencian entre elecciones presidenciales, donde se dirimen cargos ejecutivos y legislativos, contra las llamadas elecciones intermedias donde se disputan cargos legislativos y autoridades municipales o gobiernos locales. Las presidenciales tienen mayor atractivo y la asistencia de los ciudadanos habitualmente es más elevada.

La figura del referéndum o plebiscito sometiendo a consulta ciertas medidas políticas se inició en Roma y tiene una gran importancia en países donde predominan sistemas políticos basados en el Common Law o de tradición religiosa protestante reformada, por ello son muy habituales en Suiza y en los Estados Unidos. En este último, en muchos estados se incluye la designación por elección popular de jueces y de miembros de las Supremas Cortes estatales, además de la designación de fiscales, jefes de policía (sheriffs) e incluso las juntas escolares.

En México con los cambios políticos del 2018 se impulso desde el Gobierno la figura de la consulta popular, en agosto de 2021 se hizo una Consulta popular llamada en términos coloquiales como el Juicio a los expresidentes, en esta oportunidad participaron 6,663,208 mexicanos, un 7.11% del padrón electoral quienes exigieron que se investigara la gestión de los políticos del pasado. El siguiente intento tuvo mejores resultados y en 2022 se hizo una Consulta para “revocar” el mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador, propuesta por él mismo, que tuvo una participación de 16,502,636 ciudadanos que equivalían al 17.77% del padrón electoral y AMLO fue ratificado por el 91.86% de los votos válidos.

Recientemente se hizo otro ejercicio de carácter electoral, que no implicó la presidencia ni cargos legislativos donde la asistencia fue notoriamente menor al ejercicio anterior del 2022. Asistieron a votar 12,965,574 electores que implica el 13.01% del padrón electoral. Una hipótesis era que podría haber asistido una cifra mayor a la del 2022, teniendo en cuenta que la iniciativa era parte del Programa de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ganó las elecciones con el 60% de los votos y actualmente tiene índices de aprobación de su gestión del 75% de la ciudadanía, que rebasan los índices de AMLO.

Evidentemente la falla estuvo en la operación política, tomando cómo tal a “un conjunto de acciones desarrolladas para obtener un conjunto de comportamientos sociales que impliquen la aceptación de un proyecto político”, en este caso la participación en un novedoso proceso de designación de ministros de la Suprema Corte de Justicia, magistrados y jueces. En términos generales todos concordaban en la necesidad de transformar el Poder Judicial, aunque la principal discordancia radicaba en el procedimiento de elección directa de los mismos por la ciudadanía.

En este proceso la diferencia fue que los operadores políticos descuidaron el frente religioso, en las elecciones generales del 2018 y del 2024 fue decisivo el apoyo de los evangélicos y católicos de base a los candidatos triunfantes de la 4T. La Jerarquía católica y sus principales operadores laicos apoyaron a los candidatos opositores y fueron derrotados. Sin embargo, desde 2020 se inició un proceso de descalificación política de ciertos operadores evangélicos, priorizándose importantes espacios para actores no católicos notoriamente desprestigiados en el mundo evangélico y con escasa presencia en estos medios

Simultáneamente, los operadores religiosos de la Secretaría de Gobernación fueron omisos en la defensa de los derechos religiosos de los evangélicos que sufrieron escandalosos actos de intolerancia y persecución religiosa. Más aún, los cuadros políticos designados operaron y operan favoreciendo a la oposición. La nula participación de los creyentes evangélicos y de muchos católicos de base la pude verificar contactando a diversos miembros de nuestra Red de Investigadores, y con miembros de nuestro equipo de investigación lo verificamos con información de primera mano.

El desdén hacia los evangélicos se agudizó con la actual administración con motivo de los funerales del Papa Francisco, donde se envió una importante delegación a los mismos, a la vez que se hizo una invitación al Papa León XIV para que haga una visita de Estado a México, simultáneamente para que no hubiera confusión la Jerarquía Católica rechazó y descalificó el proceso de designación de jueces y decidió asumir la “representación del 87% de la ciudadanía que no fue a votar”. Una vez más los evangélicos son degradados cómo ciudadanos de segunda y las autoridades contradicen el Artículo 40 de la Constitución mexicana que reclama la laicidad del Estado, pues continúan los actos de intolerancia y persecución religiosa, preferentemente en áreas indígenas y campesinas.

Un viejo dicho dice que “sólo el sándalo (una madera preciosa muy aromática) perfuma el hacha que lo hiere”.

Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH

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