“El periodismo es una pasión insaciable que solo puede digerirse
y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad”.
Gabriel García Márquez
Con la presente entrega, inauguramos una serie dedicada a honrar a las personas que ejercen el mejor oficio del mundo, como bien lo calificó el inmortal GABO: genio, varón y figura de las letras y del realismo mágico. Por cierto, recientemente, sus valientes vástagos nos regalaron su obra póstuma, “En agosto nos vemos”, llena de amor y desbordada de desamor, reviviendo así su legado.
Lo primero que me dijo de frente, Enrique Sánchez Díaz, cuando finalmente nos sentaron para limar algunas leves asperezas hace más de tres décadas, fue: “Eres un diamante en bruto, bastante bruto, pero tienes un gran potencial y te vamos a pulir”. Así de crudo, directo, brutal (no de bruto, como se refirió al que teclea) e incisivo era y sigue siendo mi querido amigo, ahora entrañable compadre Sánchez Díaz, el decano de los periodistas de nota política de mi tierra, nuestra amada Tijuana, Baja California, donde empieza la Patria, como bien lo puntualizó el Presidente de la República Don Adolfo López Mateos, cuando visitó nuestro rincón de la nación a principios de los años 60.
Para preparar esta columna, discretamente solicité el currículum vitae del “GOBER”, como alguien lo bautizó (no suelo usar apodos). Pero en su caso, citando al clásico, el apodo le queda como anillo al dedo, pues realmente ha ejercido y sigue ejerciendo funciones de soporte, apoyo, consultor y guía, brindando invaluables consejos a numerosos gobernadores, alcaldes, senadores, diputados e incluso a la élite de la iniciativa privada en nuestra región. Sin embargo, al recibir el documento, me desarmó su humildad y sencillez al resumir su brillante trayectoria en apenas unos párrafos. Solo pude expresarle: “¡Qué modesto eres, compadre!”. Así que aquí les presento un breve recuento de la ilustre y resplandeciente carrera de Don Enrique, estimados lectores.
A punto de cumplir 60 años ejerciendo como periodista en diarios impresos, radio y televisión, Don Enrique ve la primera luz en su natal Guadalajara, Jalisco (01-03-44). Sin embargo, no podría ser más tijuanense. Como bien precisa mi amado Papá, él es tan tijuanense o incluso más que yo, porque tiene más años viviendo aquí y escogió esta bendita tierra. Así son la mayoría de los hijos adoptivos de nuestra bella región, que, aunque bonita lo es y mucho, alguien en plena ignorancia generó una desafortunada comparación hace algunas semanas diciendo que la nuestra era una ciudad “nada” bonita.
Empecé a leer a Sánchez Díaz siendo un adolescente a mediados de los años 70, cuando inició su respetada pero igualmente temida columna en el diario regional “El Mexicano”, bajo el seudónimo “Braulio Serrano Ruíz”, que aún subsiste, aunque ya no brille con la misma intensidad que en la época dorada del “GOBER”. No obstante, sigue siendo muy leída por el círculo rojo, con nuevos y pujantes redactores que seguramente alcanzarán su dimensión. Su pluma era veraz e igualmente punzante; sus "columnazos" dolían, derribando funcionarios, desenmascarando entuertos y señalando valientemente actos de corrupción, con una gran entereza y monumental valentía, sin perder la objetividad que invariablemente le ha caracterizado.
Como menciona el poeta argentino, Don Alberto Cortez, “Con el correr de los años”, las cosas se transforman, completo la melodía… y retomo: desde aquel 5 de octubre de 1959 cuando Sánchez Díaz fue contratado como mensajero de talleres de su maestro -realmente lo fue de muchas generaciones- el licenciado Don Rubén Téllez Fuentes, quien igualmente le otorgó la plaza de reportero el 8 de marzo del año 1969 en el periódico, llegando a ser Subdirector General, previo a ejercer la Dirección Local, se despidió de “El Mexicano” en el año 2013, la carrea de nuestra figura no tuvo parangón. Desde 1969 hasta estos días, su magistral conducción se ha manifestado en distintos periódicos de nuestra región de la península. Ejerció su liderazgo en “El Baja California”, “El Novedades”, “La Voz de la Frontera” y, más recientemente, en “El ESTO de las Californias”, y por supuesto, en “El Sol de Tijuana”.
Por cierto, su vida pública lo llevó a ocupar distintos cargos, especialmente la poderosa Dirección Estatal de Comunicación Social del Gobierno del Estado de Baja California durante las administraciones de Don Roberto de la Madrid Romandia y Don Óscar Baylon Chacón, recordados con gratitud y reconocidos por una prensa de calidad, gracias a la eficiente labor de Don Enrique.
Por otra parte, su sólida fama pública lo condujo a las pantallas de televisión, tanto en Televisa durante 10 años con el inolvidable programa "Contrapunto", como en "Síntesis", participando en mesas editoriales de análisis político, para finalizar con su apreciado programa radiofónico en "UNIRADIO". Además, fue presidente en tres ocasiones de la Asociación de Periodistas de la Ciudad. A lo largo de su carrera, ha recibido innumerables reconocimientos, premios y galardones, como el del "Club Primera Plana de la Ciudad de México", "Personaje del Año 2009 del Grupo 21", y el de "Trayectoria Periodística", otorgado por el Senado de la República Mexicana. Estoy completamente convencido de que lo que más lo conmueve es precisamente el RECONOCIMIENTO y el aprecio que la comunidad de Baja California le otorga todos los días, sin excepción, por su labor puntual, maravillosa y ejemplar a lo largo de más de medio siglo.
Aún hoy que se dice jubilado, sigue ejerciendo su cátedra desde el magistral portal AFN de la Agencia Fronteriza de Noticias, el más seguido en la región CALI-BAJA. A Don Enrique Sánchez Díaz, lo abrazamos con admiración, deseándole larga vida por su rica trayectoria, colmada de tantos afectos cariñosos. Rezo permanentemente por tu salud, querido compadre y mejor amigo, así sea por la gracia de mi Dios Padre.
Escribió el escritor inglés Tom Stoppard, que: “Sigo creyendo que si tu objetivo es cambiar el mundo, el periodismo es un arma más inmediata a corto plazo”. Pienso que Don Enrique Sánchez Díaz así lo entendió y así lo vive hasta la fecha.
Hasta siempre, buen fin.