Depresión, ansiedad, estrés, bulimia y trastornos del sueño son algunas de las causas que pueden llevar a una persona a experimentar episodios de , dice la doctora Diana Guízar Sánchez, académica de la UNAM.

Quien lo padece, tiene un menor durante las mañanas, y durante la noche ingiere, de manera excesiva y compulsiva, alimentos que representan hasta el 70% de todas las calorías de la jornada, explica.

Excesivo es que durante la noche come lo que comerían dos o más personas, y compulsivo, que se siente “desagradablemente lleno” y tiene una sensación de pérdida de control al comer (no se puede detener), así como un sentimiento de culpa posterior al consumo excesivo, menciona la académica.

Explica que en un “atracón” generalmente se consumen y con gran contenido calórico, principalmente grasas y carbohidratos simples: cereal de caja, palomitas, papas fritas (contienen glutamato monosódico, que retrasa la señal de saciedad), arroz, pastas, etcétera.

Normalmente, dichos alimentos elevan momentáneamente los niveles de serotonina y dopamina, por lo que generan una sensación de bienestar y en ocasiones provocan sueño.

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En otros casos, lo que se consume en exceso son proteínas, pero es algo mucho menos común: “No me ha tocado que alguien se dé un ‘atracón’ de apio o de jícamas, porque estos alimentos no generan dicha elevación en serotonina y dopamina”, dice Guízar Sánchez, del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la .

Como los carbohidratos se metabolizan rápido, su consumo debe ser mayor para experimentar . Dicho de otro modo, la sensación de freno se retrasa, y por eso se come más.

Por otro lado, como el cuerpo no requiere de tanta energía en la noche como en el día, la energía (calorías) no utilizada se almacena.

La doctora Guízar Sánchez explica que normalmente el “atracón” nocturno va asociado, de base, al , a un trastorno del sueño o a un problema mental: trastorno de la alimentación, depresión, ansiedad, trastorno por uso de sustancias.

El estrés eleva a lo largo del día los niveles de cortisol y disminuye la serotonina y la dopamina, por lo que puede provocar un “atracón nocturno” en un intento por contrarrestarlo. Como decíamos antes, en un “atracón” usualmente se ingieren alimentos que generan una sensación momentánea de bienestar.

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También se dice que los ritmos biológicos están asociados a un mayor consumo por una menor liberación de hormonas de saciedad en la noche.

Por otra parte, la experta universitaria aclara la diferencia entre el “atracón nocturno” y el “atracón” en pacientes con bulimia:

“Normalmente vigilados por familiares en el día, es en la noche cuando ocurre el atracón; sin embargo, hablamos de padecimientos distintos, ya que en el ‘atracón nocturno’ no existen conductas purgativas (vómitos, consumo de laxantes o diuréticos) como en la bulimia”, comenta.

El trastorno por “atracón” es uno de los principales padecimientos que conducen a problemas de obesidad.

"Cuando tengo estrés y no me alimento a lo largo del día, al comer en exceso en la noche, el cuerpo interpreta ese estrés como un peligro, 'de que no va a llegar más alimento en la mañana'. Entonces, como el oso que hiberna, el cuerpo convierte el en grasa para reserva. Y, por eso, este trastorno se asocia mucho al aumento de peso", puntualiza Guízar.

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