Decenas de personas, entre adultos mayores, jóvenes y niños acudieron durante el inicio de la primavera 2025 a la zona arqueológica de Cuicuilco, en la alcaldía Tlalpan, para recargarse de energía.
Con los pies descalzos; largos vestidos color blanco, camisas, pantalones y sombreros del mismo tono, los capitalinos llegaron a la zona arqueológica para recibir la primavera y, con ello, pedir por el mundo.
"Vine a pedir por la paz del mundo, por los niños, por las guerras y a agradecer, principalmente", dijo Olivia Martínez, 76 años, quien meditó durante varios minutos.
Dijo que la mayoría de las personas sólo pide para recibir, pero que son contadas quienes buscan que las demás personas estén bien. "No sólo nosotros tenemos que pedir por nosotros, también por las demás personas, la salud, la naturaleza y por los niños".
A un costado de esta pirámide, desde el medio día, un grupo de danzantes realizó una serie de rituales para atraer la energía. También descalzos y con pintura en el rostro, los bailarines rodearon a uno que tenía un tambor en el centro, quien daba la pauta del ritmo con el que tenían que moverse.
Con una reverencia hacia la pirámide, los danzantes mexicanos pidieron a las decenas de presentes hacer un círculo para "cerrar la energía y conectarnos entre nosotros".
Lee también Ocho estados, con falta de recursos para elección judicial; INE insistirá para acceder a más recursos

"El día 21 es cuando entra la primavera, es el equinoccio por su entrada, pero aparte de eso es para cambiar nuestra forma de ser. Para eso sirve", explicó Jorge Bazán, quien desde las 9 de la mañana se encuentra descalzo en este punto.
Después se hincaron y, con las dos manos apuntando hacia la pirámide de Cuicuilco, recibieron la energía y pidieron al universo por "toda la gente que está mal ahora".
"Para eso son las pirámides, porque son de las que más podemos recibir energía, lo que hicimos fue hincarnos, levantamos los brazos al cielo y le pedimos al universo por toda la gente que está mal ahora, por la paz del mundo, por las guerras, por la naturaleza y por lo dañino", aseveró Jorge Bazán.
A unos metros de los danzantes, se encontraban unas personas que por su cuenta meditaban y atraían "la energía del universo", girando en los cuatro puntos cardinales.
"Estamos haciendo esto porque, como decía mi mamá: 'hay que darle tributos a la tierra', por eso hay que estar bien conectada con la tierra, por eso estamos descalzos, para que el día que ya no estemos podemos regresarle un poco de lo que nos dio, o sea, de comer", señaló María del Rocío Ponce.

em/bmc