Más allá del furor de la Candelaria, los tamales son parte de la banda sonora en la Ciudad de México. Basta con escuchar con atención para notar su presencia: el carrito nocturno con la grabación anunciando “¡Ya llegaron sus ricos y deliciosos tamales calientitos!”, los puestos improvisados en las esquinas al amanecer, o las fiestas familiares en donde siempre hay una vaporera llena de promesas envueltas en hojas de maíz o plátano.

Conoce los Tamales Nativitas. Foto: Diana Féito
Conoce los Tamales Nativitas. Foto: Diana Féito

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Si bien en el Día de la Candelaria los tamales se convierten en protagonistas absolutos, la euforia no acaba ahí. Tamales y atoles son un gusto diario, el desayuno chilango por excelencia que es parte de la rutina mañanera

Después de que la emoción de la fecha pasara, decidí llevar mi búsqueda de tamales al siguiente nivel y visitar Tamalería Nativitas, un lugar que lleva más de dos décadas celebrando este platillo icónico.

Llegué a las 9 de la mañana, confiada en que aún alcanzaría la mayoría de los sabores. Sin embargo, la fama de Nativitas había llegado antes que yo. Los tamales de chipilín y el atole de cajeta, las estrellas del menú, ya se habían agotado. Aun así, no me fui con las manos vacías. Llevé a casa los clásicos: de mole, verde y rajas que cumplieron con creces mis expectativas.

Conoce los Tamales Nativitas. Foto: Diana Féito
Conoce los Tamales Nativitas. Foto: Diana Féito

Pero la verdadera sorpresa fue llevarme el último tamal de flor de calabaza con queso, tan cremoso y delicado que podría convertirse en mi nuevo favorito. El de frijol con queso, con su relleno sencillo pero lleno de sabor, también me enamoró. En el apartado dulce, el de zarzamora con queso y el de guayaba son los favoritos indiscutibles, perfectos para los que buscan algo que equilibre el dulzor con un toque acidito.

Eso sí, Nativitas es para los organizados. Si quieres probar sus tamales, prepárate para hacer una larga fila, pues aunque creamos que ya pasó el furor de la Candelaria, la gente sigue llegando en masa, atraída por ese sabor único que se ha convertido en tradición, un gusto tan inolvidable que siempre llama a regresar.

Conoce los Tamales Nativitas. Foto: Diana Féito
Conoce los Tamales Nativitas. Foto: Diana Féito

Un país envuelto en hojas

Desde los pequeños tamales chiapanecos envueltos en hoja de plátano, hasta los zacahuiles de la Huasteca, que pueden alimentar a toda una comunidad, México tiene más de 500 variedades de tamales y, aunque su base siempre es el maíz, cada uno es el reflejo de las tradiciones, ingredientes y costumbres de la región de donde proviene cada receta.

En la Ciudad de México, el tamal toma otra forma: es urbano, portátil y siempre al alcance. Acompañado de un bolillo para crear una guajolota, o solo, como protagonista de la mañana, el tamal es una experiencia cotidiana que no pierde su encanto.

No importa si comes un tamal de mole, uno oaxaqueño o uno dulce, si lo acompañas con café o atole. Lo importante es detenerte, saborear y recordar que cada tamal envuelve no solo masa, sino historia, tradición y el esfuerzo de quienes los preparan.

Tamalería Nativitas

  • Dirección: Don Luis 24, col. Nativitas, CDMX.
  • Teléfono: 55 5532 8687.
  • Horario: lun-sáb 8-11 hrs. y 17-20 hrs. / dom 8-11 hrs.
  • Promedio: $250.00 pesos (6 tamales y 1 atole)

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