Oaxaca de Juárez.— Después de la pandemia del Covid-19, los directivos, docentes, estudiantes y padres de familia de la Escuela Primaria Educación tomaron la decisión de promover una alimentación nutritiva y la prohibición de alimentos no saludables o chatarra al interior de la escuela, a través de la cooperativa escolar; entre otras actividades, como talleres para la elaboración de huertos escolares.
Este esfuerzo, sin embargo, se ve minado a la hora de la salida de los estudiantes. En la acera de enfrente de la escuela hay tres casetas en la que se venden productos no saludables como refrescos, galletas, frituras y todo tipo de dulces. Y aún más cerca, sobre la puerta de la misma institución educativa, los comerciantes cuelgan las bolsas de churritos y ponen en oferta aquellos productos que los docentes y directivos se han esforzado por advertir que no son adecuados para su consumo.
La venta de alimentos chatarra afuera de las escuelas se repite en la gran mayoría de los planteles escolares de Oaxaca. El pasado 29 de marzo entró en vigor la prohibición de vender alimentos y bebidas no saludables para los estudiantes al interior de las instituciones educativas; pero sólo al cruzar la puerta de la escuela, los menores encuentran con una sobreoferta de estos productos.
Felipe Sánchez Rodríguez, coordinador adjunto del Centro Calpulli, asociación civil que desde 2020 impulsa la campaña Oaxaca sin chatarra junto con otras organizaciones, celebra la aplicación de esta medida y que la presidenta Claudia Sheinbaum le haya puesto fecha; pero advierte que no es suficiente.
Para él, la prohibición de la venta de alimentos chatarra debe ir más allá del interior de las escuelas, y ampliarse por lo menos a 500 metros a la redonda de cada plantel escolar.
El director de la Escuela Primaria Educación, Jesús Alberto Jiménez Velásquez, afirma que la malnutrición de los niños y niñas afecta su desempeño escolar, y aunque han tratado de crear conciencia en los padres y madres de familia, ha costado mucho trabajo.
La prohibición de vender y consumir alimentos chatarra en las escuelas, dice, ayuda a que entiendan el porqué del rechazo a este tipo de alimentos; sin embargo, han detectado que, de alguna manera los padres de familia burlan la medida.
En tanto, el profesor Juan Cruz Cervantes, director de la Secundaria Técnica #1 de la ciudad de Oaxaca, relata que, desde hace cinco años, a iniciativa del médico de la secundaria, se decidió prohibir la venta de productos no saludables para los estudiantes y establecer que los alimentos que se vendieran en la cooperativa de consumo de la escuela estuvieran basados en el Plato del Bien Comer.
Por eso, la reciente prohibición de venta de comida y bebidas chatarra en las escuelas, no los tomó por sorpresa ni representó ninguna dificultad.
Oaxaca, apunta Felipe Sánchez con datos de la asociación civil El Poder del Consumidor, ocupa el primer lugar en el país con el mayor número de infantes y adolescentes con obesidad infantil.