En el pináculo de su carrera, cuando decenas de admiradores incluidos políticos y funcionarios le mandaban flores y regalos al teatro donde se presentaba, prefería salir con sus compañeros de reparto a cenar en los tacos de San Cosme, de la Ciudad de México.

“Se ponía un gran pants, casi no se maquillaba para no ser reconocida y nos íbamos todos a convivir. Sí hablábamos normal, con chingaderas y eso, ella le entraba sin problema, pero cuando era necesario, era toda una señora”, cuenta el comediante Luis de Alba.

Ambos, junto con otros grupos de actores donde figuraban Alfonso Zayas y, donde su sensualidad era patente.

“A ella no le preocupaba salir desnuda, no pensaba que fuera malo; para ella era normal, y cuando lo tradicional es que se le pidiera salir del foro en escenas así, eso la tenía sin cuidado”, recuerda.

Antier, la mujer nacida en Italia y que en los años 80 era considerada una de las mujeres más hermosas y sexys del momento, falleció a los 78 años de edad tras un derrame cerebral derivado de un cáncer de pulmón que padecía.

Labró inicialmente su camino profesional en el cine de luchadores al lado de El Santo, el Enmascarado de Plata, Blue Demon y Mil Máscaras, para luego dar un vuelco a la historia de autor con Peregrina y Fe, esperanza y caridad.

Después llegó Bellas de noche, prácticamente la cinta que la lanzó al estrellato mediático y que la afianzó en televisión con la telenovela Rina, protagonizada por Ofelia Medina.

Y contra lo que se pensara, de diva no tenía nada, recuerda Alfonso Rosas Priego, quien la dirigió en las películas Pedro Navaja y El hijo de Pedro Navaja.

“Más allá de guapa, lo que todo mundo veía, era de verdad muy inteligente y culta. Siempre llegó sabiéndose las líneas y siempre cooperativa, a diferencia de otros actores y actrices. Siempre fue sencilla, nada presumida y ayudaba en todo lo que podía”, recuerda.

Y tenía muy buen sentido del humor, de acuerdo con su amigo, el actor Eduardo de la Peña “Lalo el Mimo”, con quien trabajó en Oye Salomé y Noches de cabaret.

“Nos hacía reír con sus ocurrencias en los Estudios Churubusco. Un día fuimos a un festival de cine (en Yucatán) y ella me decía: ‘no me dejes sola que el gobernador quiere conmigo’, y yo le decía, ‘pues ese es tu problema”, relata divertido el histrión.

“Llegamos a hacer escenas de cama juntos, pero siempre hubo respeto porque además era amiga de mi esposa y en esas escenas había 40 personas viéndonos”.

Su amiga Lyn May recuerda que cuando Sasha se convirtió en mamá, llevaba a sus hijos pequeños al Teatro Blanquita para cumplir con sus compromisos laborales.

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Quizá el único problema de ella es que fumaba mucho. Lyn May detalla que la actriz podía acabarse tres cajetillas diarias, lo que pudo provocar el cáncer en pulmón que padecía.

“Siempre estaba entre el humo y eso se lo recriminaba, pero nunca la vi borracha. Siempre estaba con un libro en la mano, cuando estaba descansando se ponía a leer y comía de todo”.

Aleksandra Acimovic Popovic, su verdadero nombre, se casó con el entonces presidente de México,

Ayer tuvo un funeral privado en su casa de Morelos.

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