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Le hizo la vida miserable a su propia hermana: Thalía, en la telenovela de Televisa, "María Mercedes", en 1992. Ya había hecho lo mismo con Verónica Castro en "Rosa salvaje", con Paulina Rubio en "Pobre niña rica" y con Leticia Calderón en "Esmeralda".
Malvina y otras villanas que han llevado a las protagonistas al límite en los últimos 30 años revelan hoy los secretos sobre cómo se volvieron inolvidables para el público en "Secretos de villanas".
Al reality show, protagonizado por Cynthia Klitbo, Aylín Mujica, Gabriela Spanic, Sabine Moussier, Sarah Mintz y Geraldine Bazán, y que estrena hoy su segunda temporada, se autoinvitó Laura Zapata.
“Cuando vi la primera temporada dije: ‘¿cómo que están haciendo un reality de villanas y no estoy yo ahí que soy la villana original?’ Esto me cayó en un momento cuando ya había decidido no hacer otro reality, pero de esto vivo”, indica la experta en realities, quien estuvo recientemente en "Siempre reinas", "MasterChef celebrity" y "Top chef vip".
Como la bondad no es lo suyo, las actrices se dejaron llevar por sus personajes y no faltaron los encontronazos. Zapata tuvo un enfrentamiento con Aylín al llegar a la locación de Canadá, donde grabó el programa.
“Cada quien de acuerdo a su conciencia... Ella había hablado mal de mí (en la primera temporada), entonces cuando me ve dice: ‘esto va a ser un infierno’, pero porque yo no soy ninguna tonta.
“Le tuve que preguntar por qué se había expresado así de mi persona, me dijo que yo era una amargada y le contesté: ‘ese es tu concepto y no soy yo’. Tener la oportunidad de aclararlo con la persona es importante”, indica.
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Defender a capa y espada lo que piensa no es algo que le guste a todos, por lo que Laura considera fue causa de la molestia entre las damas que estuvieron con ella en la mansión conviviendo y haciendo revelaciones.
En esta ocasión, las siete villanas icónicas de las telenovelas disfrutarán de unas vacaciones en una lujosa villa ubicada en una hermosa locación con bellos paisajes montañosos en Canadá.
“Yo pienso que las personas deben ser de carácter fuerte porque, si eres débil, te conviertes en el tapete de todos. Yo ya evolucioné de tapete a ser humano y hay cosas que no me gustan. Tengo una edad y he recorrido un camino como para estas alturas de mi vida fingir que soy buena y que pueden hacer conmigo lo que se les dé la gana; pues no”, señala Zapata.
“Me gusta ser una persona clara, que pone límites, me gusta ser feliz, y para ser la villana que soy tengo que tener carácter fuerte, una gran energía y presencia escénica, eso es lo que me ha llevado a ser la actriz que soy”.
Pero aclara que lo que se ve en pantalla es show, porque ella es distinta fuera de los reflectores.
“Por ser villana cobro, de eso vivo, pero en la vida real soy una mujer como cualquier otra, lo que ven en los medios es un personaje. ¡Dios me libre de ser villana! Soy una persona bastante bondadosa, linda, pero claro que si me tocan una tecla que no me gusta, entonces me convierto en alguien contestataria”, explica.
La revancha
En el reality show, que llega hoy por la plataforma Canela TV, Zapata encontró una aliada: la venezolana Gaby Spanic, quien promete la revancha tras algunos conflictos que tuvo con sus compañeras en la primera temporada.
“Quedaron cabos sueltos; yo me quedé impactada de algunas de mis compañeras a las que les abrí mi corazón como amiga, como madre, de repente en los confesionarios me clavaron la estaca, me hirieron a más no poder y no supe por qué, por eso en esta segunda temporada reacciono y tengo una aliada, Laura Zapata”, dice Gaby.
Zapata toma como un halago la confianza de Spanic.
“Qué bueno que pude darle seguridad, que pude apoyarla, eso es dar de ti”, indica Laura.
Para Spanic, fue la oportunidad de mostrar su lado vulnerable.
“Cosas que las artistas también padecemos, como maltrato, violencia, la gente puede pensar que nuestra vida es todo color de rosa y no, somos seres humanos”.
