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Juntar a siete de las antagonistas más recordadas de las telenovelas para protagonizar el reality Secretos de villanas no fue sencillo, y no por sus agendas sino por el temperamento de Aylín Mujica, Cynthia Klitbo, Gabriela Spanic, Geraldine Bazán, Laura Zapata, Sabine Moussier y Sarah Mintz.
Sin embargo, a pesar de las rencillas que han surgido a lo largo del show, Sarah Mintz considera que hay un mensaje positivo que dejan a través de él.
“El reality humaniza mucho, también rompe con ideales falsos, porque la gente cree que las mujeres que trabajamos en la televisión somos perfectas”, señala Mintz.
“Me encanta ver cómo nos vemos al natural, cómo estamos dejando el mensaje de que somos seres humanos, que tenemos una vida detrás de la pantalla. Así dejamos esa imagen de inalcanzables; se puede ver nuestra luz y nuestra sombra sin ningún pudor, es la vida real de los artistas y las celebridades”.
La segunda temporada del reality, que termina mañana con un capítulo doble por Canela TV, se grabó en una lujosa villa con paisajes montañosos ubicada en British Columbia, Canadá.
Al respecto, Sarah reitera que, si bien todas las mujeres que estuvieron en esa mansión son algunas de las villanas más representativas de las telenovelas, también son seres humanos que decidieron abrirse y mostrar lo que les duele.
“Cuando uno está en este medio artístico y tiene una carrera con mucho esfuerzo y se juntan tantas mujeres, obviamente las historias sobran, pero lo más interesante y que uno puede conectar es que son historias de mujeres reales, no son personajes de una telenovela”, dice en entrevista con EL UNIVERSAL.
A lo largo de esta temporada, que estuvo compuesta por 10 episodios, han surgido polémicas y fuertes revelaciones. Por ejemplo, la actriz Gaby Spanic aseguró haber sufrido abuso por parte del cantante Pablo Montero; o la guerra abiertamente declarada de Cynthia Klitbo hacia la venezolana y Laura Zapata, donde a veces Sarah Mintz ha quedado como mediadora.
“A mí me gusta mirar lo mejor de cada una”, asegura la actriz.
“Hay situaciones donde unos dice: ‘aquí puede haber candela’, pero ninguna está al azar, entonces se eligió bien qué villanas debían estar, porque hay muchas en la industria. Cada una es distinta y muestra su personalidad, en mi caso me han visto que hablo poco, pero como dijo Gaby Spanic: cada que abro mi boca es algo edificante y para reflexionar”, añade.