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Durante tres meses, las miradas se centran en Galilea Montijo: sus atuendos, sus peinados, sus opiniones. La conductora lo sabe; todo es parte del juego en la tv.
Este domingo despedirá la tercera temporada de La Casa de los Famosos México, un reality muy similar al que ella participó y que ganó hace más de 20 años (Big Brother VIP, 2002). Hoy, la conductora celebra ser parte de este fenómeno televisivo, pero solo desde afuera.
“Siempre me ha parecido un proyecto muy interesante, desde lo que fue Big Brother hasta ahora en La Casa, por todo lo que genera socialmente acá afuera. Es un poquito el reflejo de lo que vivíamos en el día a día”.

Pese a haber ganado en este formato, regresar como participante en LCDLFM no es una opción para ella, pues considera que, como conductora, ha encontrado su lugar perfecto dentro del reality show, donde disfruta y aporta desde otra perspectiva.
Este no es el único proyecto en el que Galilea se ha desempeñado de manera favorable, pues por más de 20 años se ha mantenido en el gusto de la gente, algo que agradece a sus fans.
“Ya viví mi experiencia, fue hace muchos años y salí como ganadora, gracias a Dios. Era otro México, no había redes sociales y no, gracias; yo ya sentí lo que es estar en un encierro así.
“He tenido la fortuna de estar en proyectos padrísimos. Haber sido participante de alguna manera me vincula con los habitantes y eso es lo que le ha gustado a la gente: saber que yo gané uno”, dice.
Súper mamá
Otro de los aspectos que la gente admira de Montijo es la manera en que combina su rol de madre con su carrera, que por ahora la mantiene ocupada prácticamente desde la primera hora de la mañana hasta las 23:30 horas, cuando termina su participación en LCDLFM.
En este proceso, el apoyo de personas cercanas, en especial del papá de su hijo Mateo y exesposo de la conductora, Fernando Reina Iglesias, ha sido vital para que Galilea pueda equilibrar sus dos grandes pasiones: la maternidad y su carrera.
“Él viaja para verme o yo voy a donde mi hijo está. En esta etapa de preadolescencia estoy muy tranquila por ese lado, pero si no tuviera ayuda yo me parto en mil para poder estar con él. Desde que nació, a los cinco días ya lo estaba yo presentando en un foro y siempre me lo han tratado muy bien”, detalla.
Sin embargo, reconoce que combinar la maternidad con la vida de una figura pública implica retos constantes: desde procurar que los paparazzi no incomoden a su hijo hasta lidiar con las noticias “escandalosas” que circulan sobre ella y que podrían afectarlo emocionalmente.
“He intentado hacerle saber que su mamá es aquella que ha visto en casa toda su vida, la persona que soy en mi día a día, no lo que puedan decir o vender de mí en una nota”.
Y, en palabras de la actriz, Mateo, de 13 años, ha sorprendido por la madurez con la que entiende que no todos los chismes son ciertos, pese a que algunos le han lastimado y lo han marcado en ciertos momentos.
“Sí le han dolido muchos comentarios, pero a pesar de eso él sabe quién soy y la manera en la que he intentado mantenerlo al margen del ojo público, para que el día de mañana él mismo decida si quiere continuar en la tele o no. Ahora, por ejemplo, está enfocado en el deporte”, reconoce la conductora.
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