Si eres de los que criticaron el Code 11.59 cuando se presentó 2019 como la evolución post Royal Oak probablemente ya no eres target para Audemars Piguet. O al menos, para sus piezas de alta costura. Pero tranquilo, Jay-Z, Travis Scott, Kobe Bryant, LeBron James, Van Dijk, Salt Bar o Quavo, los especímenes en los que piensa hoy AP, no abundan y aún tienes a la mayor parte de los talentosos relojeros de Le Brassus trabajando para alguien como tú.

El año comenzó con todas las miradas puestas en la colección del 50 aniversario del irreductible icono de ocho lados. Todo fue flow, sin grandes sorpresas. Los Oak del medio siglo guardan un respeto casi monacal por la genética primigenia que una noche imaginó Gérald Genta. Hay pequeñas concesiones al color pero nada de qué preocuparse para el futuro especulativo de la sublime pieza.

NO APTO PARA NOSTÁLGICOS

La etapa final del año nos revela la otra cara de AP, la más traviesa, la que trajo François-Henry Bennahmias cuando llegó al frente de la casa, desde Nueva York, hace una década y con la que cada vez se sienten más cómodos de puertas adentro. Media docena de piezas inquietantes, complejas, inéditas, la mayoría para seguir madurando la colección Code 11.59 como el último referente de actualidad, más un Royal Oak Concept y un Royal Oak monocromático azul. Pura huida al frente no apta para nostálgicos.

Hicimos una visita en septiembre a la redimensionada manufactura de Le Locle para descubrir estas piezas y conocer el nuevo Musée Atelier de Le Brassus creado por BIG (Bjarke Ingels Group). Bella y bello. Los viajes educan y te permiten poner en perspectiva cosas. El museo es una espiral acristalada que asemeja un platillo volador posado cándidamente en la pradera con los mismos relojeros y herramientas de siempre pero ahora en un hábitat de otra galaxia. Ves los continentes y entiendes los contenidos. Dentro de esta burbuja transparente está el legado de la historia de la firma desde 1875 con un árbol genealógico que remonta los dos apellidos hasta el siglo XII.

Audemars Piguet juega en la tercera dimensión
Audemars Piguet juega en la tercera dimensión

Primera lección aprendida: la experimentación está desde los orígenes en AP y siempre formó parte de su ADN. Segunda lección: AP fue ante todo un atelier de complicaciones dedicado principalmente en crear relojes con sonería y calendarios perpetuos en múltiples variantes en poca producción hasta la llegada del Royal Oak en 1972. Sebastian Vivas, Director de Patrimonio y del Musée Atelier hace de nuestro guía y pone algunos ejemplos. “¿Sabías que hasta 1980 Audemars Piguet sólo manufacturó 307 unidades de cronógrafos?”. Vivas va desgranando algunas curiosidades históricas mientras nos lleva hacia el santo grial del museo, The Universelle, el reloj más complicado del mundo en 1899 con 21 funciones y 1,168 componentes, una proeza técnica creada 34 años antes del Henry Grave con 24 funciones de Patek Philippe.

Audemars Piguet juega en la tercera dimensión
Audemars Piguet juega en la tercera dimensión

Tercera lección: el Royal Oak que estrenó la edad contemporánea relojera y marcó un punto de inflexión en AP está lejos de ser un molde inalterable. En la sala abierta encontramos enormes vitrinas blindadas con el reloj en decenas de variantes. Ninguna duda de que es el gran protagonista del espacio. El Oak ha sido siempre un laboratorio de experimentación en funciones, materiales insospechados, tamaños y colores y quien lo dude debe correr a constatarlo.

REDEFINIR CÓDIGOS

Las nuevas colecciones de alta gama de este año tienen continuidad con el espíritu eterno de la marca. Como ya ocurriera en 1972, Audemars Piguet lleva años abocado a redefinir códigos y eso la diferencia de otras grandes damas históricas como Patek Philippe, Vacheron Constantin, Breguet… El Royal Oak Offshore y el Royal Oak Concept han sido sus lienzos más edgy pero el Code 11.59 es hoy el modelo donde la alta costura técnica y estética se expresa con más versatilidad ‘by Audemars Piguet’.

EQUILIBRIO DE OPUESTOS

Hay patrones comunes que definen la nueva era. Veamos. La caja de arquitectura contemporánea del Code y sus nuevos movimientos con predilección por los ‘openworked’ están concebidos como un todo tridimensional e inseparable. Cada complicación y diseño está pensada para escenificarse en un modelo específico del Code 11.59. Mismas aristas nerviosas dentro y fuera del reloj, mismas superficies contrastadas en pulidos y satinados, mismo equilibrio de opuestos, como la duplicidad cromática entre el oro blanco y rosa del habitáculo con la cerámica negra de la carrura. Tradición y futuro, acabados hechos a mano en el oro pero también en los materiales tech, un look elegante, excluyente, que busca discriminar al conservadurismo. Veamos el nuevo Code 11.59 Starwheel.

Audemars Piguet juega en la tercera dimensión
Audemars Piguet juega en la tercera dimensión

Es un digno heredero de las horas errantes de aquella idea que encargó el papa Alejandro VII a los hermanos Campani en Roma en 1655 para dejar de escuchar el tic-tac durante las noches de insomnio y que AP retomó en 1991 con la Ref. 25720. No cualquier gran marca se atrevía con algo así hace tres décadas. Esa rareza que es la estrella de horas satelitales y minutería desplegada en un ángulo de 120 grados se adapta armoniosamente también al lienzo del Code. Bennahmias ha decidido hacer de su último modelo el epítome del refinamiento de AP. Relojes que dialogan naturalmente con expresiones refinadas de vanguardias en arquitectura, moda, arte, tecnología, ideas…. bellos y complejos accesorios contemporáneos para influencers con dinero que gustan de los últimos objetos high-end.

Audemars Piguet juega en la tercera dimensión
Audemars Piguet juega en la tercera dimensión

El oro blanco de la caja compuesta, la cerámica negra en los laterales y la corona, la aventurina sobre los discos negros opalinos de aluminio, una delicada manecilla central de segundos de oro ligeramente curvada al final que flota sobre el sistema de los discos giratorios ennegrecidos al PVD, el distintivo y finísimo bisel interior de todos los Code con su delicado grafismo de 60 unidades, la masa oscilante esqueletada y específica para cada reloj en oro de 22k, el caucho texturizado de la correa. Difícil cuestionar una pieza así incluso si eres un acérrimo involucionista.

NUEVA ARQUITECTURA MODULAR

Uno de los modelos más irresistibles de la nueva propuesta es sin duda el Code 11.59 Selfwinding Flying Tourbillon . De nuevo la arquitectura modular y hueca contrasta con la superficie en negro profundo de la piedra ónice de la carátula. AP ya había usado este material en los Millenary y en algunos Oak en la década de 2010 pero en el escenario circular y diáfano de este nuevo Code trenza una composición de soberbia elegancia mínima sin antecedentes. Todo ayuda.

Su doble cristal de zafiro curvado en contraste con las manecillas y el logo de oro rosa, el fileteado latón rosado alrededor del tourbillon y la marca de las horas para romper la sobriedad del negro profundo del ónix… Por primera vez el puente superior del tourbillon está acabado con PVD negro ajustado a la estética del duotono del oro blanco, la cerámica y el ónice, un lenguaje estético que la firma introdujo en en 2021 por primera vez en el Code 11.59 Selfwinding Chronograph y ya toma cartas de postulado.

Audemars Piguet juega en la tercera dimensión
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Code 11.59 Selfwinding Flying Tourbillon. Caja de 41 mm, carrura de cerámica negra con asas y fondo de oro blanco, hermeticidad a 20 metros. Calibre 2950 de carga automática.

La familia Code hace alarde de versatilidad en otros dos registros. Un modelo Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph de oro rosa y cerámica negra con compleja arquitectura de estratos y rostro openworked. La mecánica puede mostrarse abierta pero trabajada en sus trabes para integrarla a la totalidad del diseño. El bisel interior ultrafino laqueado de 60 minutos, los achaflanados estilizados de las superficies en su calibre 2952 negro. Nuevamente la estética duotono.

Audemars Piguet juega en la tercera dimensión
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Code 11.59 Selfwinding Flying Tourbillon Chronograph. Carrura de cerámica negra, asas y fondo de oro rosa con un tamaño de 41 mm, hermético a 20 metros. Calibre 2952 de carga automática. Edición limitada de 50 ejemplares.

Otra obra que despliega intenciones es el Code 11.59 Tourbillon Openworked de oro blanco y cerámica azul. Es la primera vez que la cerámica azul se emplea en este modelo. Aquí toda la estructura esqueletada por ambos lados del movimiento manual Cal. 2948 lleva un tratamiento ALD (Atomic Layer Deposition) azul profundo para igualarse a la cerámica. Cabe mencionar que la cerámica que la firma Bangerter, especializada en materiales duros, hace para Audemars Piguet es muy avanzada. Está creada a base de polvo de óxido de zirconio cocido a 1400 grados y sobresale por lo homogéneo de su tonalidad hasta ahora en negro, azul o verde.

Audemars Piguet juega en la tercera dimensión
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Code 11.59 Tourbillon Openworked. Carrura de cerámica, asas y fondo deoro blanco en una caja de 41 mm, hermeticidad a 20 metros. Calibre 2948 manual. Limitado a 50 piezas.

La cerámica azul toma por primera vez todo el protagonismo monocromático electrizante en un nuevo Royal Oak Perpetual Calendar. Ya lo habíamos visto en negro pero en azul el clásico Royal Oak cruza el rubicón para adoptar una propuesta elitistamente fashion. Qué mejor demostración de que los grandes clásicos también pueden habitar en otros mundos más crepusculares.

El clásico movimiento con calendario perpetuo y fase lunar ya fue adaptado al RO con su cal. 5134 de sólo 4.3 mm de espesor al formato de 41 mm en 2015. No nos extrañaría que la marca esté trabajando también en una versión Selfwinding Perpetual Calendar Ultra-Thin RD#2 con cal. 5133 de tan solo 2.89 mm, el perpetuo más fino del mercado, a sus experimentos con la cerámica de color.

Audemars Piguet juega en la tercera dimensión
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Royal Oak Perpetual Calendar. Caja de cerámica azul de 41 mm con fondo de titanio. Brazalete de cerámica. Hermético a 20 metros. Calibre 5134 automático.

AP cierra sus ejercicios de intenciones esta temporada con su formato históricamente más experimental. El Royal Oak Concept Flying Tourbillon GMT viene ahora en tonos cerámicos verdes en el bisel y caja de titanio arenado por primera vez. Los Concept cumplen veinte años y hay que recordar que en su debut en 2002 el reloj ya presumía tecnología aeroespacial a base de titanio y Alacrita 602 para estrenar el tercer milenio y sigue por sus derroteros de laboratorio.

Audemars Piguet juega en la tercera dimensión
Audemars Piguet juega en la tercera dimensión

Nuevamente la estética hi-tech de contrastes en su máxima expresión state-of-the-art. Como en la pieza de 2020 de titanio y cerámica gris el movimiento cal. 2954 exhibe insertos con pigmentación verde y gris al CVD y puentes negros al PVD para crear juegos de luz con las superficie anguladas de la carátula. Se diría que ha sido diseñado por un arquitecto en vez de relojeros. El disco de las 24 h va en la posición de las tres bajo un plato de zafiro. En fin, todo afilado para cortar prejuicios.

En Le Brassus cada nueva presentación termina con la misma frase: “More to come”.

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