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El aumento en el consumo de agua en los perros, conocido como polidipsia, puede ser una respuesta normal a factores como el calor, la alimentación o el ejercicio. Sin embargo, la especialista Alba Navas manifiesta que en algunos casos, puede indicar problemas de salud que requieren atención veterinaria.
Posibles causas del aumento de sed nocturna
- Clima cálido: Durante épocas de altas temperaturas y días en los que el perro realizó mayor ejercicio, es normal que los animales beban más agua para regular su temperatura corporal. Hidratarlo y proporcionarle un lugar fresco es clave para evitar golpes de calor, especialmente si su dieta es seca.
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- Dieta seca o alta en sal: El consumo de croquetas secas o alimentos con alto contenido de sodio puede aumentar la sed, especialmente por la noche. Por eso, mezclarle alimento húmedo con el pienso seco, sería de gran ayuda.
- Aburrimiento o estrés: Algunos perros pueden desarrollar comportamientos compulsivos, como beber agua en exceso, debido al aburrimiento o la ansiedad. Ante esto, se recomienda incrementar su actividad física y mental con paseos y juegos.
Enfermedades que pueden causar polidipsia
Infecciones urinarias
Las infecciones en la vejiga provocan aumento en la micción, lo que hace que el perro necesite beber más agua. Síntomas:
- Orinar con más frecuencia en pequeñas cantidades.
- Mal olor en la orina.
- Lamidos excesivos en la zona genital.
Enfermedad renal
Cuando los riñones no funcionan correctamente, el perro pierde líquidos con la orina, lo que lo obliga a beber más agua. Síntomas:
- Mayor consumo de agua y micción frecuente.
- En casos avanzados, vómitos y diarrea.
Diabetes mellitus
Los perros diabéticos presentan niveles altos de glucosa en sangre, lo que impide que los riñones reabsorban líquidos correctamente. Síntomas:
- Aumento en la orina y la sed.
- Pérdida de peso sin razón aparente.
¿Qué hacer si mi perro bebe mucha agua de noche?
- Observa su comportamiento: Anota cuánto agua consume y si presenta otros síntomas como letargo o pérdida de peso.
- Cambia su rutina de hidratación: Asegúrate de que tenga agua fresca disponible durante el día para evitar que tome demasiada en la noche.
- Consulta con un veterinario: Si el comportamiento persiste, un chequeo médico descartará posibles enfermedades.
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Si bien un aumento en la ingesta de agua puede ser normal en ciertas circunstancias, también puede ser una señal de problemas de salud. Observar el comportamiento de tu mascota y actuar a tiempo puede prevenir complicaciones y mejorar su calidad de vida.
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