

Las fuertes lluvias cada vez impactan más en el país; desde inundaciones, deslaves en ríos hasta cambios de temperatura. Asimismo, la lluvia suele provocar uno de los problemas más comunes en millones de hogares: los malos olores en la ropa húmeda.
Aunque parezca un detalle menor, convivir con prendas con olor desagradable puede afectar tu confianza, comodidad y en el peor de los casos tu salud, si llega a producir hongos o bacterias.
Si tu ropa no tiene el mejor de los olores, tranquilo, no es una situación que sólo te pase a ti, es más común de lo que parece y más en espacios donde la ventilación suele ser limitada, la falta de días con sol e incluso la humedad en el ambiente son algunas de las situaciones que puede afectar la esencia de tu ropa.
Lee también Beca Rita Cetina 2025: ¿qué letra cobra hoy, 25 de junio?; consulta aquí
Una taza de es líquido en el último ciclo de lavado ayudará a eliminar bacterias y neutralizar olores, es seguro en la mayoría de las telas, y no te preocupes por el olor a vinagre, ya que al secarse la prenda desaparecerá.
Si el olor no quiere irse, añade media taza de bicarbonato de sodio al lavado, este potenciará el detergente y combatirá los posibles hongos que causan un olor molesto, este método suele ser muy común en redes sociales.
Si no hay el mínimo rayo de sol, coloca la ropa cerca de ventanas abiertas o usa ventiladores para acelerar el secado, recuerda tender de manera correcta tu ropa y nunca la guardes si está húmeda.
Si el mal olor es producido por algún hongo o similar, meterla al congelador en una bolsa hermética ayudará a eliminar los malos olores y bacterias, igual puedes usar la plancha con precaución o una secadora para eliminar la humedad.
La ropa puede tener este peculiar olor principalmente por la proliferación de bacterias y hongos que se alimentan de residuos orgánicos y de la misma humedad. Esto sucede cuando las prendas se guardan aún mojadas, ya sea por un secado incompleto, una lavadora sucia, o el uso excesivo de detergente que deja residuos en las fibras. A esto se suma la acumulación de sudor, suciedad o grasa corporal, que actúan como caldo de cultivo para esos microorganismos.
Lee también F1 en McDonald's; ¿cuánto cuesta el combo con juguete?
El problema se vuelve más común en temporada de lluvias, cuando el clima impide que la ropa se seque con normalidad. Tenderla en espacios cerrados, sin buena ventilación o encima de otras prendas, impide el flujo de aire necesario y retrasa el secado, lo que permite que los olores desagradables se fijen con más fuerza. Incluso las telas más gruesas, como chamarras o jeans, pueden parecer secas por fuera pero seguir húmedas por dentro.
Además, prácticas como dejar la ropa dentro de la lavadora por varias horas después del ciclo de lavado, o abusar de los suavizantes, pueden empeorar la situación. En lugar de ayudar, muchos suavizantes dejan una capa que retiene humedad y favorece la aparición de mal olor.
Por eso, es clave no solo lavar bien la ropa, sino asegurarte de que se seque por completo antes de guardarla. A veces, pequeños cambios en la rutina pueden hacer toda la diferencia para que tus prendas huelan fresco incluso en medio de la temporada de lluvias.
Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
ffa/aosr