En la vida cotidiana, es común encontrarse con personas que intentan imponer su voluntad sobre los demás, manipulando situaciones o incluso restringiendo la libertad de quienes los rodean. Estas son las llamadas personas , individuos que buscan influir en las decisiones ajenas de manera excesiva y que pueden generar relaciones tóxicas en distintos ámbitos, ya sea en el trabajo, la familia o la pareja.

Aprender a poner límites es el primer paso para construir relaciones más sanas y equilibradas. Fuente: Freepik.
Aprender a poner límites es el primer paso para construir relaciones más sanas y equilibradas. Fuente: Freepik.

La inteligencia artificial determinó que las personas con esta tendencia presentan una serie de características comunes y aunque pueden parecer inofensivas, estas expresiones buscan manipular, influir en las emociones y limitar la autonomía de los demás.

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Las personas controladoras suelen emplear palabras con carga emocional para generar culpa, dependencia o sensación de deuda en quienes los rodean. Identificar estas frases es clave para reconocer comportamientos manipuladores y establecer límites en cualquier tipo de relación.

Aprender a poner límites es el primer paso para construir relaciones más sanas y equilibradas. Fuente: Freepik.
Aprender a poner límites es el primer paso para construir relaciones más sanas y equilibradas. Fuente: Freepik.

Las frases más utilizadas por las personas controladoras

  • "Esto es por tu propio bien"

Esta frase se usa para justificar actitudes intrusivas o restrictivas, disfrazando el control como una muestra de cuidado. Puede generar culpa en la otra persona si intenta poner límites.

  • "Si no fuera por mí, no podrías hacerlo"

Quienes buscan generar dependencia emocional repiten esta expresión para menospreciar las capacidades del otro, haciéndole creer que necesita al controlador para avanzar.

  • "Siempre sabés que tengo la razón"

Con esta afirmación, la persona controladora invalida cualquier perspectiva contraria y refuerza su poder en la conversación, limitando el pensamiento crítico del otro.

Aprender a poner límites es el primer paso para construir relaciones más sanas y equilibradas. Fuente: Freepik.
Aprender a poner límites es el primer paso para construir relaciones más sanas y equilibradas. Fuente: Freepik.
  • "No puedo confiar en que lo hagas bien"

Esta frase desvaloriza las habilidades del otro y justifica la constante intervención del controlador, dejando a la otra persona en un papel secundario y reforzando su sensación de incompetencia.

  • "Deberías agradecerme por todo lo que hago por vos"

Se trata de una estrategia de manipulación que busca crear una deuda emocional, haciendo que la otra persona se sienta obligada a estar agradecida constantemente.

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El tiene un impacto enorme en las relaciones interpersonales. Si bien el control puede dar seguridad a quien lo ejerce, termina afectando negativamente a las personas que lo rodean. Detectar estos comportamientos y aprender a manejarlos es clave para mantener relaciones saludables y equilibradas.



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