El abandono de es un problema creciente que afecta a miles de animales en todo el mundo. A diario, perros de distintas razas, tamaños y edades son abandonados en la calle, en refugios saturados o en condiciones de extrema vulnerabilidad. Las causas varían: desde problemas económicos y falta de responsabilidad, hasta la creencia errónea de que los perros pueden sobrevivir fácilmente por sí mismos. Sin embargo, la realidad es dura y sin la ayuda de voluntarios y casas de acogida, muchos de estos animales no tendrían ninguna posibilidad.

Las organizaciones y las familias de acogida suelen trabajar en red para difundir la situación de los perros. Fuente: Freepik.
Las organizaciones y las familias de acogida suelen trabajar en red para difundir la situación de los perros. Fuente: Freepik.

En los últimos años, las organizaciones de protección animal han reportado un aumento significativo en el abandono de perros, una situación exacerbada por la crisis económica y las restricciones tras la pandemia, que obligaron a muchas personas a renunciar a sus mascotas. Además, muchos perros comprados impulsivamente durante el confinamiento se convirtieron en “estorbos” cuando la rutina volvió a la normalidad.

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A esto se suma la falta de leyes rigurosas para penalizar el abandono, lo que convierte esta práctica en una “salida fácil” para quienes no desean o no pueden cuidar de sus mascotas. Las consecuencias son devastadoras para los animales, quienes sufren hambre, enfermedades y el riesgo de morir en la calle o en refugios sobresaturados.

Frente a esta problemática, existen personas con una profunda vocación de ayuda que se han convertido en salvavidas para los perros abandonados: las familias de acogida. Estas “almas caritativas” deciden abrir sus hogares para recibir temporalmente a perros rescatados, dándoles un espacio seguro, cuidados y sobre todo, amor mientras esperan ser adoptados. Las casas de acogida son un puente esencial entre el abandono y la posibilidad de una segunda oportunidad para estos animales.

Las organizaciones y las familias de acogida suelen trabajar en red para difundir la situación de los perros. Fuente: Freepik.
Las organizaciones y las familias de acogida suelen trabajar en red para difundir la situación de los perros. Fuente: Freepik.

Ser un refugio de adopción animal no es una tarea fácil. Las familias deben cuidar de los animales, que muchas veces llegan traumatizados, heridos o enfermos. A través de la paciencia, el compromiso y los recursos propios, los hogares de acogida logran rehabilitar a los perros física y emocionalmente, devolviéndoles la confianza en los seres humanos y preparándolos para la vida en un hogar definitivo.

¿Cómo convertirse en un refugio de adopción animal?

Convertirse en un refugio de adopción animal requiere una autoevaluación inicial: la experiencia, el tiempo disponible y el espacio son factores clave para determinar el tipo de perro que se puede cuidar adecuadamente. María Besteiros, Auxiliar técnico veterinario y peluquera canina y felina, asegura que es importante contactar con la asociación protectora más cercana, pues cada organización establece requisitos específicos para las casas de acogida. A diferencia de una adopción, en la acogida no es necesario cubrir los gastos del perro, ya que la protectora suele proporcionar alimento, medicinas y otros elementos necesarios.

Las organizaciones y las familias de acogida suelen trabajar en red para difundir la situación de los perros. Fuente: Freepik.
Las organizaciones y las familias de acogida suelen trabajar en red para difundir la situación de los perros. Fuente: Freepik.

Antes de iniciar el proceso, las personas interesadas deben evaluar sus capacidades y el entorno del hogar, considerando también la convivencia con otras mascotas. Además, las asociaciones firman un contrato de refugio para formalizar el acuerdo y garantizar que el perro sea cuidado adecuadamente.

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El compromiso de estas familias temporales ayuda a liberar espacio en los , donde otros perros también necesitan ayuda urgente. Al final, ser casa de acogida significa ser un refugio seguro y afectuoso que ofrece a los perros una segunda oportunidad para encontrar el hogar que tanto merecen.

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