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Las vacunas son fundamentales para proteger a nuestros perros de enfermedades graves y potencialmente mortales. Sin embargo, después de una vacunación, es natural preguntarse qué medidas debemos tomar para asegurar que nuestro amigo de cuatro patas se sienta cómodo y protegido.
A continuación, Alba Navas, Auxiliar Técnico de Veterinaria, te ofrece una guía sobre los cuidados esenciales que debes proporcionar a tu perro tras ser vacunado.
Una vez que tu perro haya recibido sus vacunas, es posible que experimente algunas reacciones leves, lo cual es completamente normal. Las vacunas funcionan estimulando el sistema inmunológico de tu mascota, imitando la presencia de una enfermedad real pero sin causar daño. De esta manera, el cuerpo de tu perro aprende a defenderse eficazmente de futuras infecciones y algunas veces esto puede provocar efectos secundarios temporales.
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Para que el sistema inmunológico de tu perro genere defensas contra los antígenos de la vacuna, deben transcurrir aproximadamente 15 días desde la aplicación. Además, en la mayoría de los casos, es necesario administrar varias dosis para garantizar una protección completa. Dependiendo del tipo de vacuna y de la historia inmunológica del animal y de su madre, el veterinario recomendará la pauta adecuada para cada perro.
Cuidados inmediatos tras la vacunación
- Proporciona un entorno tranquilo:
Después de ser vacunado, tu perro puede sentirse un poco decaído o cansado. Es importante darle un ambiente tranquilo para que descanse. Evita actividades extenuantes, como largos paseos o juegos intensos, durante al menos 24 horas. Deja que tu perro descanse a su ritmo y respeta su necesidad de sueño extra.
- Hidratación constante:
Asegúrate de que tu perro tenga siempre agua fresca y limpia a su disposición. Aunque es poco común, algunas vacunas pueden provocar una leve fiebre en las horas posteriores y mantenerlo hidratado es fundamental para su bienestar.
- Cuida la zona de la inyección:
En algunos casos, la zona donde se aplicó la vacuna puede inflamarse, lo que puede resultar incómodo para tu perro. Evita tocar esa área durante los primeros días para no causarle dolor. Si aparece un pequeño bulto, no te alarmes, ya que suele desaparecer en unos días.
- Adapta su alimentación:
La falta de apetito es un síntoma común tras la vacunación. Si tu perro rechaza su comida habitual, puedes ofrecerle comida blanda, como comida húmeda comercial o una dieta casera a base de pollo o pescado blanco. Esto le resultará más fácil de ingerir y ayudará a mantener sus niveles de energía mientras se recupera.
- No le administres medicamentos sin receta veterinaria:
Si tu perro experimenta dolor, vómitos o diarrea después de la vacunación, consulta a tu veterinario antes de administrarle cualquier medicamento. Algunas sustancias pueden ser peligrosas para tu perro si no se administran correctamente.
- Presta atención a posibles efectos secundarios graves:
Aunque las reacciones graves a las vacunas son poco comunes, es importante estar alerta. Algunos de los síntomas que requieren atención veterinaria inmediata incluyen dificultad para respirar, hinchazón severa del rostro, diarrea o vómitos persistentes, o reacciones alérgicas graves como la anafilaxia.
Si tu perro es un cachorro, debes tomar medidas adicionales de precaución, ya que su sistema inmunológico todavía está en desarrollo. Evita que se junte con otros perros que no estén vacunados y evita lugares públicos como parques hasta que esté completamente protegido. Este cuidado extra ayudará a prevenir infecciones mientras su sistema inmunológico se fortalece.
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Las vacunas son una parte esencial del cuidado de tu perro, por eso, llevar un registro de las fechas de vacunación es importante para garantizar que reciba las dosis correctas en el momento adecuado. Con los cuidados correctos, tu mascota se recuperará rápidamente y estará protegida para enfrentar las posibles amenazas de salud que podrían afectarle.