El avance de la ha transformado la manera en que vivimos, trabajamos y nos comunicamos. Sin embargo, detrás de cada búsqueda, generación de contenido o interacción con herramientas como ChatGPT, existe un costo ambiental significativo. Según la UNAM, la IA consume grandes cantidades de agua debido a la infraestructura necesaria para su funcionamiento.

IA y su impacto ambiental. Imagen: especial
IA y su impacto ambiental. Imagen: especial

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Cómo el uso de la IA impacta el consumo de agua

La Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM señala que el funcionamiento de la IA depende de centros de datos gigantescos que almacenan y procesan enormes volúmenes de información. Estos servidores operan las 24 horas del día, generando una gran cantidad de calor, lo que obliga a implementar sistemas de refrigeración basados en el consumo de agua.

En este proceso, el agua es reutilizada entre tres y diez veces antes de evaporarse, pero es necesario reemplazarla constantemente para evitar acumulaciones de sales y minerales que podrían dañar el hardware. Además, muchas de estas instalaciones dependen de energías no renovables, lo que incrementa la huella hídrica de manera indirecta.

Un dato alarmante es que plataformas de IA como ChatGPT pueden consumir aproximadamente medio litro de agua por cada 10 a 50 interacciones de los usuarios. Si se considera la cantidad de personas que utilizan estas tecnologías a diario, el gasto total alcanza cifras millonarias en términos de litros de agua.

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Medidas para reducir el impacto ambiental de la IA

Ante este desafío, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha emitido una serie de recomendaciones para mitigar las consecuencias ambientales del uso de la IA:

  • Implementar procedimientos para medir el impacto ambiental de estas tecnologías.
  • Establecer regulaciones que obliguen a las empresas tecnológicas a informar sobre el consumo de agua y energía.
  • Diseñar algoritmos más eficientes que optimicen el uso de energía y recursos hídricos.
  • Promover la construcción de centros de datos ecológicos con tecnologías sostenibles.
  • Incorporar regulaciones ambientales específicas sobre la IA dentro de las legislaciones nacionales.

El desarrollo tecnológico y la sostenibilidad deben avanzar de la mano para garantizar un equilibrio entre el progreso y la preservación del medio ambiente. La transparencia y la regulación serán clave en la evolución de la inteligencia artificial hacia un futuro más responsable.

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aov/

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