enfrenta un nuevo obstáculo en su frágil estado de salud. La insuficiencia renal, una afección que compromete la función de los riñones, ha sido diagnosticada en su fase inicial, generando preocupación sobre su evolución y posibles complicaciones.

El Policlínico Gemelli de Roma ha confirmado que, aunque el Pontífice presenta estabilidad en su estado general, su función renal ha mostrado signos de deterioro. Esta condición podría afectar no solo su calidad de vida, sino también su capacidad para enfrentar otras enfermedades que ya han debilitado su salud.

El papa Francisco, en una fotografía de archivo. Foto: EFE
El papa Francisco, en una fotografía de archivo. Foto: EFE

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¿Qué es la insuficiencia renal y cómo afecta al organismo?

De acuerdo con National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, los riñones cumplen una función vital en el equilibrio del cuerpo, filtrando toxinas y regulando los niveles de minerales y la presión arterial. Cuando estos órganos comienzan a fallar, pueden desencadenarse diversas alteraciones que afectan el bienestar del paciente.

Entre los síntomas más frecuentes se encuentran la fatiga persistente, hinchazón en extremidades, disminución del apetito y cambios en la micción. Además, la piel puede volverse seca y presentar irritación, mientras que también pueden aparecer dificultades para concentrarse y calambres musculares.

Si no se trata adecuadamente, la insuficiencia renal puede derivar en complicaciones más graves, como hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares, ya que la acumulación de toxinas y líquidos en el cuerpo puede ejercer presión adicional sobre el corazón y los vasos sanguíneos.

El papa Francisco, de 87 años, ha presentado diversos problemas de salud en los últimos años, incluyendo infecciones respiratorias y dificultades hematológicas. Su edad y antecedentes médicos aumentan la preocupación respecto a su capacidad para afrontar esta nueva afección.

Actualmente, su equipo médico lo mantiene bajo observación constante, con tratamientos para estabilizar sus niveles de electrolitos y evitar el avance de la insuficiencia renal. La oxigenoterapia de alto flujo sigue siendo parte de su atención, lo que indica que su función respiratoria también está bajo monitoreo.

Insuficiencia renal. Fuente: Freepik
Insuficiencia renal. Fuente: Freepik

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¿Cómo se puede tratar la insuficiencia renal?

Para manejar esta afección, es fundamental adoptar cambios en la dieta y el estilo de vida. Reducir el consumo de sodio, fósforo y proteínas puede ayudar a aliviar la carga sobre los riñones. Asimismo, el control de la presión arterial y los niveles de azúcar en sangre es esencial, especialmente en personas con antecedentes de hipertensión o diabetes.

En casos más avanzados, cuando la función renal se deteriora significativamente, los tratamientos pueden incluir diálisis o, en situaciones extremas, un trasplante de riñón. Sin embargo, la insuficiencia renal crónica sigue siendo una afección sin cura definitiva, lo que hace fundamental un manejo médico riguroso para evitar su progresión.

Aunque la insuficiencia renal del papa Francisco ha sido detectada en una etapa temprana, su condición médica sigue siendo delicada. El Vaticano mantiene un pronóstico reservado, mientras que millones de fieles alrededor del mundo permanecen atentos a la evolución de su salud.

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