, destacado productor, documentalista, conferencista, buzo y fotógrafo subacuático con más de veinte años de experiencia, lanzó su primer libro, "Los tiburones también tienen miedo".

Este bestseller surge de sus aventuras en el océano, donde ha documentado la majestuosidad de criaturas como tiburones, orcas y cocodrilos.

Durante la filmación de su documental “La Roca Viviente. Malpelo, la isla de los tiburones”, en febrero de 2023, Gerardo experimentó un momento revelador. En las aguas de Malpelo, rodeado de tiburones martillo, comprendió que estas criaturas, a menudo temidas, también sienten miedo. Esta experiencia lo llevó a reflexionar sobre el liderazgo, el temor y la capacidad de los seres vivos para enfrentarse a sus miedos, inspirándolo a escribir este libro.

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A lo largo de sus páginas, el autor comparte 81 aprendizajes extraídos de sus encuentros con estos depredadores y cómo estas experiencias lo ayudaron a superar sus propios temores y alcanzar sus objetivos personales y profesionales. Del Villar enfatiza que "Los tiburones también tienen miedo" no solo narra sus aventuras, sino que también ofrece una guía práctica para convertir el miedo en una herramienta de crecimiento.

Además de ser una fuente de inspiración, Gerardo ha destinado todas las utilidades generadas por el libro a la Casa de La Amistad, una organización que apoya a niños con cáncer. Su objetivo es recaudar al menos 500 mil pesos para contribuir al tratamiento de estos pequeños guerreros.

Lecciones aprendidas en el océano

En entrevista con EL UNIVERSAL, Gerardo explicó que el mayor miedo que ha enfrentado en su carrera no proviene solo del peligro físico, sino del miedo a lo desconocido. Antes de interactuar por primera vez con tiburones, la incertidumbre y las expectativas creaban barreras mentales. “Nosotros mismos creamos suposiciones y escenarios que nos paralizan. Es un miedo a lo que no sabemos que va a suceder”, comenta.

Esta barrera mental es algo que no solo afecta a los humanos, sino también a los tiburones. Durante la expedición en Malpelo, Gerardo intentó acercarse a los tiburones martillo sin su cámara, pero notó que ellos se alejaban cada vez que intentaba acercarse. Esto lo llevó a una conclusión poderosa: los tiburones también sienten miedo.

Gerardo del Villar, destacado productor, documentalista, conferencista, buzo y fotógrafo subacuático con más de veinte años de experiencia, lanzó su primer libro, "Los Tiburones También Tienen Miedo". Foto Equipo de Gerardo del Villar
Gerardo del Villar, destacado productor, documentalista, conferencista, buzo y fotógrafo subacuático con más de veinte años de experiencia, lanzó su primer libro, "Los Tiburones También Tienen Miedo". Foto Equipo de Gerardo del Villar

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Gerardo detalla en su libro cómo esa experiencia le enseñó que el miedo no es exclusivo del ser humano, sino una respuesta natural presente en todos los seres vivos ante lo desconocido. Su libro se convierte, entonces, en una invitación a superar esos temores, tanto los propios como los que proyectamos en otras especies.

Además de su papel como fotógrafo, Gerardo ha sido un defensor activo de la conservación de tiburones a través de proyectos como "Proyecto Tiburón" y el documental "Tiburones de México".

Estos esfuerzos buscan cambiar la percepción pública sobre los tiburones, quienes históricamente han sido considerados como "asesinos despiadados". Según Gerardo, este trabajo de más de 20 años ha logrado generar empatía y conciencia sobre la importancia de los tiburones en el equilibrio de los ecosistemas marinos. “Hemos logrado que la gente los vea como lo que son: especies clave, esenciales para la salud de los océanos”, afirma.

De igual forma, un aspecto destacado del trabajo de Gerardo es cómo logra combinar la ciencia y el arte en sus fotografías. Estas no solo son valoradas por su belleza estética, sino que también han sido utilizadas por biólogos para estudios científicos. Un ejemplo claro es la imagen de un tiburón blanco que fue atacado por otro tiburón más pequeño, la cual fue requerida para investigaciones sobre el comportamiento de estos depredadores. Gerardo comenta que la ciencia y el arte se complementan, ya que lo que él captura con su cámara puede despertar diversas emociones en las personas, desde fascinación hasta temor.

Su capacidad para transmitir ese equilibrio entre ciencia y arte ha sido fundamental para conectar con su audiencia. No solo busca impactar visualmente, sino también inspirar una reflexión más profunda sobre la importancia de la conservación marina.

Su capacidad para transmitir ese equilibrio entre ciencia y arte ha sido fundamental para conectar con su audiencia. Foto: Gerardo del Villar
Su capacidad para transmitir ese equilibrio entre ciencia y arte ha sido fundamental para conectar con su audiencia. Foto: Gerardo del Villar

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Lecciones de liderazgo bajo el agua

A lo largo de su carrera, Gerardo ha liderado expediciones de alto riesgo, donde el liderazgo y la toma de decisiones son claves para garantizar la seguridad del equipo. La adrenalina puede jugar en contra si no se controla. “En buceo hay una regla clara: primero piensas, evalúas, y luego actúas”, explica Gerardo, quien siempre prioriza la seguridad de su equipo sobre cualquier imagen o material documental.

En el camino, ha aprendido que la paciencia y la perseverancia son esenciales, sobre todo en proyectos que involucran a la naturaleza. Su ejemplo más claro es el "Proyecto Tiburón", donde su objetivo de fotografiar a los diez tiburones más peligrosos del mundo se extendió más de lo previsto. Lo que originalmente planeó completar en dos años, finalmente le llevó tres años y medio. Lejos de verlo como un fracaso, Gerardo reconoce que la naturaleza no sigue un guion, y la paciencia es una virtud esencial.

Asimismo, uno de los temas recurrentes en la trayectoria de Gerardo es la importancia de tomar riesgos para alcanzar nuestras metas. Comparte que el mayor riesgo de su carrera fue dedicarse por completo a su pasión, a pesar de la incertidumbre económica y emocional que eso implicaba. “Muchas veces nos aferramos a la seguridad de un trabajo estable o de un ingreso fijo y sacrificamos nuestras pasiones. Para mí, fue arriesgado, pero valió la pena”, reconoce.

Este riesgo transformó su vida, permitiéndole vivir de aquello que le apasiona: explorar los océanos y documentar la vida marina. A través de su experiencia, Gerardo invita a otros a atreverse a seguir sus sueños, aun cuando eso implique abandonar la seguridad de lo conocido.

Finalmente, en sus conferencias, Gerardo no solo invita a las personas a salir de su zona de confort, sino a encontrar claridad en lo que desean. “Más que invitar a la gente a salir de su zona de confort, los invito a tener claridad sobre lo que quieren en sus vidas, tanto personal como profesionalmente”, explica. Para él, la clave está en conectar con un propósito fuerte. "Si el propósito es lo suficientemente significativo, eso les dará la fuerza para enfrentar sus miedos y lograr sus metas", concluye.

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aov/

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