La es el conjunto de bacterias que habitan en el intestino, formando una simbiosis con el organismo que ayuda a proteger y fortalecer la salud. Sin embargo, existen múltiples factores que pueden desbalancearla, entre ellos el uso excesivo de antibióticos, las infecciones gastrointestinales y una dieta poco saludable. Este desequilibrio, también llamado disbiosis, puede derivar en problemas digestivos, alteración del sistema inmune e incluso afectar el estado de ánimo.

¿Cómo afectan los antibióticos y la dieta?

El consumo de antibióticos es uno de los principales factores que alteran la microbiota intestinal, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, ya que estos medicamentos, al eliminar bacterias dañinas, también afectan a las bacterias beneficiosas que habitan en el intestino. Por otro lado, una dieta rica en azúcares, grasas saturadas y alimentos procesados limita el crecimiento de bacterias saludables, fomentando en su lugar el desarrollo de microorganismos menos favorables para el organismo. Este tipo de dieta también afecta la producción de postbióticos, sustancias producidas por las bacterias buenas que ayudan a mantener el equilibrio de la microbiota.

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¿Qué papel tienen los probióticos y los prebióticos?

Los y los prebióticos cumplen funciones importantes en el mantenimiento de la microbiota. Los probióticos son microorganismos vivos que, en cantidades adecuadas, pueden restaurar y aumentar la población de bacterias beneficiosas en el intestino. Alimentos como el yogur natural, el kéfir o el chucrut contienen probióticos que ayudan a fortalecer esta flora intestinal. En tanto, los prebióticos, que incluyen fibras no digeribles y ciertos carbohidratos, sirven como alimento para estas bacterias y se encuentran en alimentos como el plátano, el ajo, la cebolla y los espárragos.

¿Qué beneficios aporta una microbiota equilibrada?

Mantener el equilibrio de la microbiota contribuye a una mejor absorción de nutrientes, a la protección contra agentes patógenos y a la producción de vitaminas como la B y la K. Además, una microbiota saludable fortalece la mucosa intestinal y apoya el sistema inmunológico, ayudando al cuerpo a responder mejor ante infecciones y alergias.

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¿Por qué el yogur es tan recomendado?

El yogur natural es una de las fuentes de probióticos más accesibles y populares. Contiene bifidobacterias y otros microorganismos que ayudan a la recuperación de la microbiota dañada por infecciones o el uso de antibióticos. Consumido con regularidad, el yogur no solo protege contra bacterias patógenas, sino que también contribuye a la producción de postbióticos, mejorando la salud intestinal en general. Para evitar aditivos, el yogur natural es una mejor opción, y se puede endulzar con miel para agregar sabor de forma saludable.

¿Cómo mejorar la microbiota intestinal a largo plazo?

El equilibrio de la microbiota se logra y mantiene a través de una dieta variada y equilibrada, con alimentos ricos en fibras, probióticos y prebióticos. Además, evitar el uso innecesario de antibióticos y gestionar adecuadamente el estrés son factores que también influyen en la salud intestinal.

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