Las caídas en los no solo representan un riesgo de lesiones físicas, sino que también están estrechamente vinculadas con el deterioro cognitivo y otras condiciones graves. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, alrededor del 30% de los adultos mayores de 65 años experimenta al menos una caída cada año, y un 50% de estos individuos tendrá una recaída en poco tiempo. A medida que las personas envejecen, la frecuencia de estos episodios tiende a aumentar.

¿Qué factores están relacionados con las caídas frecuentes?

A medida que se pierde agilidad y fuerza con el envejecimiento, es común que los adultos mayores sean más susceptibles a . Sin embargo, una investigación reciente realizada por la doctora Molly Jarmen, profesora de la Universidad de Harvard, ha revelado que existe una conexión más profunda entre las caídas y el deterioro cognitivo. Este estudio, que analizó los datos de más de 2.4 millones de personas mayores en Estados Unidos, encontró que las caídas repetidas están asociadas con un mayor riesgo de desarrollar demencia.

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¿Cómo influye la demencia en el riesgo de caídas?

El estudio de Jarmen mostró que el 10,6% de los adultos mayores que sufrieron una caída traumática fueron diagnosticados con demencia poco tiempo después. Además, el 21% de los pacientes que experimentaron caídas frecuentes también presentaron un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad neurodegenerativa. Esto sugiere que el deterioro cognitivo no solo aumenta la probabilidad de sufrir caídas, sino que los traumas físicos resultantes podrían acelerar el progreso de la demencia.

¿Por qué las caídas son un indicador de problemas cognitivos?

La doctora Jarmen concluyó que las caídas podrían ser uno de los primeros indicios de deterioro cognitivo en los adultos mayores. Esto se debe a que las personas con demencia tienen una mayor dificultad para procesar su entorno y reaccionar a tiempo ante obstáculos o situaciones peligrosas. Además, el trauma físico provocado por una caída puede agravar los problemas cognitivos, creando un ciclo en el que ambos factores se retroalimentan.

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¿Qué hacer ante una caída en un adulto mayor?

Si un adulto mayor sufre una caída, lo primero que se debe hacer es evitar moverlo si se sospecha una lesión ósea y, en su lugar, contactar de inmediato a un servicio de emergencias. Una vez estabilizada la situación, es crucial llevar a cabo una evaluación médica que no solo incluya la atención a las lesiones físicas, sino también una revisión cognitiva para detectar posibles signos de demencia.

¿Cómo se puede prevenir el riesgo de futuras caídas?

La prevención de caídas implica realizar cambios en el entorno del hogar para mejorar la seguridad, como eliminar obstáculos y asegurar una iluminación adecuada. Asimismo, es esencial realizar controles médicos regulares para monitorear tanto la salud física como cognitiva del adulto mayor. De esta manera, es posible reducir la probabilidad de caídas y, al mismo tiempo, detectar a tiempo enfermedades como la demencia, lo que permite una intervención más temprana y efectiva.

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