Uno de los problemas de que preocupa y ocupa a la ciencia a nivel mundial es el cáncer. Se trata de una enfermedad por la que algunas células del cuerpo se multiplican sin control y se diseminan a otras partes del cuerpo, con la probabilidad de formar bultos de tejido (tumores) que pueden ser malignos o benignos, según explica el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.

Advertencia sobre las freidoras de aire. Fuente: Freepik
Advertencia sobre las freidoras de aire. Fuente: Freepik

En este punto, los expertos explican que las causas de la aparición de cáncer pueden ser errores que ocurren cuando las células se multiplican, por herencia de padres a hijos, o daños en el ácido desoxirribonucleico (ADN) por sustancias perjudiciales. En este último punto nos centraremos en esta oportunidad, en relación con una advertencia de especialistas de la salud.

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Advertencia sobre las freidoras de aire

Una de las sustancias químicas sobre la que la ciencia advierte a las personas es la acrilamida. Esta se forma en los alimentos, debido a la presencia de hidratos de carbono (glucosa) y aminoácidos (principalmente asparagina) sometidos a temperaturas (productos fritos, pan y café), según un informe de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (México). Esta condición, explican, incide en la seguridad alimentaria de los alimentos y puede afectar a nuestra salud.

Advertencia sobre las freidoras de aire. Fuente: Freepik
Advertencia sobre las freidoras de aire. Fuente: Freepik

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) consideran que la acrilamida es una sustancia cancerígena. A esta afirmación se suma el respaldo de la Organización de Consumidores y Usuarios (España) que hace referencia a esta sustancia por su toxicidad y por incidir en la aparición del cáncer.

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En torno a este tema, especialistas de la salud ponen el foco en la utilización de las freidoras de aire. Según explican, se debe controlar adecuadamente la temperatura que se utiliza para la cocción de los alimentos (por debajo de los 195 grados) para evitar así la formación de acrilamida. De esta manera, las personas no estarán arriesgando su salud ni dando lugar a que esta sustancia pueda generar en sus cuerpos, como remarca la Organización de Consumidores y Usuarios de España.

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