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La lumbalgia es un problema de salud que afecta a millones de personas en todo el mundo, limitando su capacidad para realizar actividades cotidianas. Sin embargo, un hábito simple y accesible puede ser la clave para aliviar y prevenir el dolor de espalda baja: caminar regularmente. A pesar de que muchos con lumbalgia pueden sentirse reacios a hacer ejercicio, estudios recientes han demostrado que el movimiento, especialmente a través de caminatas regulares, puede ser extremadamente beneficioso.
Un estudio reciente publicado en The Lancet ha aportado nuevas evidencias sobre el poder del movimiento. Este estudio se centró en adultos con antecedentes de lumbalgia y encontró que aquellos que caminaban regularmente pasaban casi el doble de tiempo sin sufrir recaídas de dolor de espalda en comparación con aquellos que no realizaban esta actividad. Los resultados respaldan investigaciones previas que vinculan la actividad física con mejores resultados en el tratamiento del dolor de espalda.
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Beneficios de caminar para la salud lumbar
Caminar no solo alivia el dolor lumbar, sino que también fortalece los músculos que sostienen la espalda, contribuyendo a una mejor estabilidad y soporte de la columna vertebral. Este ejercicio aeróbico mejora la circulación sanguínea, lo que facilita la entrega de nutrientes a los tejidos dañados, promoviendo así su recuperación. Además, caminar regularmente puede ayudar a mantener un peso saludable, reduciendo la presión sobre la columna vertebral y disminuyendo el riesgo de recurrencia del dolor.
El estudio mencionado evaluó a 701 adultos que recientemente se habían recuperado de un episodio de lumbalgia. Los participantes se dividieron en dos grupos: uno recibió un programa individualizado de caminata y educación, mientras que el otro no recibió ninguna intervención. Aquellos en el grupo de caminata caminaron cinco veces por semana durante al menos 30 minutos diarios, adaptando la duración y la intensidad según sus necesidades y capacidades. Los resultados mostraron que este grupo tuvo significativamente menos recurrencias de dolor lumbar en los tres años siguientes al estudio.
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La importancia de la educación y el fortalecimiento del core
Un componente crucial del programa fue la educación sobre el dolor de espalda. Los participantes aprendieron a entender mejor su dolor y cómo manejarlo, lo que les permitió seguir caminando incluso cuando experimentaban molestias. Este enfoque educativo cambió su percepción del dolor y les animó a mantenerse activos, lo cual es fundamental para prevenir la inmovilidad y la rigidez que a menudo acompañan a la lumbalgia.
El fortalecimiento del core, o núcleo del cuerpo, es otra razón por la que caminar es efectivo. Los músculos del abdomen, la pelvis y la espalda baja juegan un papel vital en la estabilización de la columna vertebral. Si estos músculos están débiles, la columna vertebral puede desalinearse, causando dolor y aumentando el riesgo de lesiones. Caminar regularmente ayuda a fortalecer estos músculos, mejorando la postura y reduciendo la carga sobre la espalda.