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Tener una mascota es algo muy normal en la mayoría de los hogares del mundo. Perros, gatos, peces y aves figuran entre las más comunes, pero también hay quienes se atreven a incorporar en su hogar a otro tipo de animales que quizás salgan de lo común.
En esas minorías, aparecen las personas que aman a los caballos. Algunas tienen estos animales como compañía en la práctica de algún deporte o como terapia para su salud. Otras encuentran en los equinos una mascota con la que compartir tiempo al aire libre y vivir la experiencia placentera de cabalgar cuantas veces se quiera.
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La vida de un caballo
Está claro que ser dueño de un caballo no es lo mismo que tener por mascota a un perro o un gato. La responsabilidad de elegir este animal como compañía supone una gran responsabilidad para su cuidado, además de recursos económicos y un estilo de vida que se adapte a las necesidades del equino.
En este marco, desde la Facultad de Ciencias Agrícolas, Ambientales y del Consumidor, de la Universidad Estatal de Nuevo México, se elaboró un estudio muy interesante que aborda este tema. Entre los datos aportados sobre la tenencia de un caballo precisan las necesidades a cubrir como el control rutinario de su salud, su alimentación, el agua que precisa y el cuidado de sus pezuñas, por nombrar solo algunas.
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Sin embargo, suponiendo que esos detalles ya han sido analizados por quien desea tener un caballo como mascota o animal de compañía, el estudio señala cuántos años viven estos animales. Según la Facultad de Ciencias Agrícolas, Ambientales y del Consumidor, un caballo posee una vida media de entre 20 y 30 años, por lo que estamos ante una futura mascota que nos acompañará durante gran parte de nuestra vida.
Teniendo en cuenta que se estima un gasto anual de 3.000 dólares para cubrir sus necesidades, este se trasforma en un dato no menor a la hora de decidirnos por tener un caballo a nuestro lado. Además, precisa el estudio, vender un caballo en la actualidad no es tan fácil como años atrás por lo que volver atrás al tomar una decisión positiva puede convertirse en un verdadero dolor de cabeza y un fuerte golpe para nuestras emociones.
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