La llegada de está marcada por una de las tradiciones más esperadas: la decoración navideña.

En muchos hogares, una de las costumbres más significativas es la instalación de la Corona de Adviento, un elemento que no solo embellece los espacios, sino que también invita a la reflexión espiritual y a la preparación interior para la Navidad.

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A menudo, este símbolo va acompañado de oraciones y celebraciones litúrgicas que enriquecen su significado.

Corona de Adviento. Foto: Pixabay
Corona de Adviento. Foto: Pixabay

¿Qué es una Corona de Adviento?

La Corona de Adviento es un símbolo cristiano que, a lo largo de los siglos, ha trascendido como una pieza central en la decoración navideña.

Su origen se remonta a 1839, cuando comenzó a usarse en Europa como parte de la preparación para el nacimiento de Jesús.

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El término "Adviento" proviene del latín adventus, que significa "llegada", haciendo referencia a la espera del Salvador. Esta espera no es solo física, sino también espiritual, invitando a la meditación y la reflexión personal.

Corona de Adviento. Foto: Pixabay
Corona de Adviento. Foto: Pixabay

¿Qué lleva una Corona de Adviento?

El diseño de la Corona de Adviento es sencillo pero lleno de simbolismo. Su forma circular, realizada generalmente con ramas verdes, representa la eternidad y la vida, sin principio ni fin.

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Las ramas, a su vez, simbolizan la esperanza y la renovación, ya que, aunque sean de plantas perennes, están vivas a lo largo del invierno, un tiempo de aparente quietud. A esta base se le añaden las velas, cuyas luces representan las cuatro semanas previas al nacimiento de Jesús y su poder para disipar las tinieblas del mundo.

Asimismo, algunas decoraciones cuentan con pequeñas esferas rojas que representan el fruto del Edén.

Corona de Adviento. Foto: Pixabay
Corona de Adviento. Foto: Pixabay

¿Cuáles son y qué significado tienen los colores de las velas de la Corona de Adviento?

El significado de las velas es fundamental en la tradición de la Corona de Adviento. Durante los cuatro domingos de Adviento, que comienzan este 1 de diciembre, se enciende una vela en cada semana, y cada una tiene un color y un mensaje específico.

  • La primera vela, de color morado, es el símbolo de la esperanza. Este color, asociado tradicionalmente con la penitencia, invita a la reflexión y a la preparación interior, recordando a los fieles que deben purificar su corazón para recibir al Salvador. La luz de esta vela refleja la esperanza de la salvación que traerá el nacimiento de Cristo.
  • La segunda vela, también morada, sigue el mismo tono de reflexión, pero con un énfasis en la paz. En la segunda semana de Adviento, se invita a los creyentes a reflexionar sobre la paz que Cristo traerá al mundo. Es un tiempo para la reconciliación personal y comunitaria, buscando la armonía tanto con Dios como con los demás.
  • La tercera vela, de color rosa, se enciende en el tercer domingo, conocido como el Gaudete, o "domingo de la alegría". El color rosa simboliza el gozo y la alegría, ya que la llegada de la Navidad se acerca y con ella la esperanza de la redención. Esta vela invita a los creyentes a experimentar la alegría de saber que Cristo está próximo a nacer, trayendo consigo la liberación y la salvación.
  • Finalmente, la cuarta vela, nuevamente morada, representa el amor. Este es un tiempo para reflexionar sobre el amor de Dios hacia la humanidad, un amor que se manifiesta en el regalo de Jesús. La luz de esta vela recuerda que el amor divino es la fuerza que impulsa la salvación, y los fieles son llamados a reflejar este amor en sus vidas cotidianas.

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