Un estudio reciente liderado por investigadores de la Universidad de Helsinki sugiere que el contagio emocional puede jugar un papel en el desarrollo de trastornos mentales, especialmente en adolescentes. Según la investigación, publicada en JAMA Psychiatry, estar expuesto a compañeros diagnosticados con incrementa significativamente la probabilidad de desarrollar condiciones similares. En concreto, aquellos adolescentes con más de un compañero diagnosticado tuvieron un 18% más de riesgo de recibir un diagnóstico relacionado con la salud mental.

El estudio de Helsinki subraya la complejidad del vínculo entre el entorno social y la salud mental. Fuente: Freepik.
El estudio de Helsinki subraya la complejidad del vínculo entre el entorno social y la salud mental. Fuente: Freepik.

El estudio analizó datos de más de 700,000 jóvenes y destacó cómo las clases escolares actúan como “redes sociales impuestas”. Esto elimina la posibilidad de que los estudiantes elijan su entorno en función de afinidades personales, permitiendo evaluar el impacto directo del contacto social. El autor principal, Jussi Alho, explicó que la dinámica de estas redes puede facilitar la transmisión de emociones negativas o patrones de comportamiento asociados a trastornos mentales.

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¿Contagio emocional o factores contextuales?

A pesar de los hallazgos, expertos como Eiko Fried, de la Universidad de Leiden, advierten que factores como el entorno socioeconómico o la pobreza podrían influir en estos resultados. Fried sostiene que la agrupación de trastornos mentales en ciertas comunidades podría deberse más a condiciones externas compartidas que a un verdadero contagio emocional.

El estudio de Helsinki subraya la complejidad del vínculo entre el entorno social y la salud mental. Fuente: Freepik.
El estudio de Helsinki subraya la complejidad del vínculo entre el entorno social y la salud mental. Fuente: Freepik.

Los investigadores también plantearon que este contagio no solo se limita a la transmisión de emociones negativas, sino que puede generar mayor conciencia sobre los trastornos mentales. Esto podría llevar a más diagnósticos y tratamientos al visibilizar estas condiciones y normalizar la búsqueda de ayuda.

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Si bien el estudio apoya la teoría del contagio emocional, también subraya la importancia de considerar factores externos y contextuales. Este hallazgo no solo aporta al entendimiento de los trastornos mentales, sino que destaca la relevancia de las dinámicas sociales en la psicológica de los adolescentes.

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