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Es innegable que las mascotas se han convertido en una parte integral de muchas familias y están ganando cada vez más espacio en los hogares. Si bien la convivencia con los animales es beneficiosa para la salud y aportan bienestar, también hay que tener cuidado para que esta proximidad no perjudique nuestra vida, ya que pueden transmitir una serie de enfermedades.
Las enfermedades zoonóticas, transmitidas de animales a humanos, plantean un riesgo bajo para la mayoría, pero ciertos grupos, como mujeres embarazadas y personas con sistemas inmunitarios debilitados, son más susceptibles. A veces, las mascotas domésticas pueden no mostrar síntomas evidentes de enfermedad, lo que dificulta identificar posibles riesgos.
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Por eso, es fundamental estar atentos a los cambios en el comportamiento de los perros y gatos del hogar y consultar a un veterinario regularmente para salvaguardar la vida de ellos y de nuestras familias.
Según precisaron especialistas es de suma importancia la desparasitación. La veterinaria Guadalupe Miró Corrales advierte sobre la falta de información y formación en este aspecto, subrayando el papel crucial del veterinario como educador sanitario.
“Los parásitos tienen la capacidad de invadir tejidos del aparato digestivo, respiratorio, circulatorio, o de la piel, por ejemplo, y pueden multiplicarse allí en distintas fases, dependiendo de su ciclo biológico", explicó la médica.
En este sentido, destaca la importancia de mantener hábitos de higiene rigurosos en los hogares con niños por la transmisión fecal-oral: “Es muy fácil que un perro tenga restos fecales en el pelo, que luego un niño esté jugando con él, lo abrace, lo bese, juegue, se contamine las manos y luego se chupe o se coma un bocado sin haberse lavado convenientemente”.
Cuidados rigurosos
La especialista indica que la desparasitación debe iniciarse a temprana edad de las mascotas y recomienda un análisis de heces para obtener mayor información. “Hasta los seis meses de vida, lo ideal sería hacerlo como mínimo una vez al mes, para tener un cachorro o un gatito libre de parásitos. Si además se realiza un análisis de heces, que es una prueba sencilla y económica, se obtiene un diagnóstico que da mucha información al veterinario”, explicó.
La desparasitación regular en adultos se recomienda incluso para gatos confinados en interiores, ya que pueden contraer parásitos en el seno materno. Los gatos que salen, al tener acceso a diversos hospedadores, requieren un control más estricto.
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Por último, nosotros también podemos contagiar a nuestros animales mediante la denominada “transmisión por fómites”, es decir, luego de pisar terrenos contaminados donde había parásitos que luego llevamos al hogar en nuestros zapatos. Sin dudas, compartir la vida con nuestras mascotas es una experiencia gratificante, pero requiere muchísima responsabilidad y cuidados específicos para garantizar su salud y la de nuestra familia.
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