Activista, actriz, empresaria, publicista y cultora de belleza, así se describe Roshell Terranova, mujer transgénero mexicana que, además de ser un símbolo y referente de la comunidad LGBTQ+, desde hace poco más de dos décadas dirige Casa Club Roshell, “la casa travesti emblemática de México”.
Pero la idea no inició de la nada, todo partió de una pequeña estética llamada “Calle 42”, ubicada en la alcaldía Venustiano Carranza, llamada así en homenaje a la icónica obra musical de Broadway, que más que un salón de belleza, fue el preámbulo no sólo de su transición y del reconocimiento pleno de su identidad como mujer, sino también del nacimiento de lo que hoy es Casa Club Roshell.
En 2012, la Casa cambió de dirección (mas no de espíritu) y se trasladó a la alcaldía Benito Juárez. Desde entonces, continúa siendo mucho más que un lugar de reunión: es hogar, refugio y lugar seguro para la comunidad LGBTQ+.

Quienes llegaban no solo buscaban un maquillaje o peinado impecable, sino también aprender de las múltiples disciplinas en las que se desarrolla Roshell. Así comenzaron los talleres de automaquillaje, las clases de lipsync y los primeros pasos para quienes, además de vivir su sueño travesti, deseaban presentar su show de cabaret, stand-up o cualquier tipo de performance.
Casa Roshell llega a su momento cumbre cada vez que la gente se ve al espejo y observa esa imagen que siempre ha querido ver. “Me abrazan y me dicen, '¡Gracias! Esa persona soy yo'", platica con gran satisfacción su directora, al considerar que este espacio es una válvula de escape para quienes no pudieron hacer una transición o solo quieren “vivir sus horas de chica” ahí y después regresar a su mundo de varón.
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“Esos tacones eran los míos”
Fue en el contexto de un México de los años 80, cuando el término “travesti” apenas comenzaba a asomarse dentro de la comunidad LGBTQ+ donde Roshell, de 18 años, comprendió que su identidad como parte de la comunidad no solo existía, sino que tenía un lugar en el universo trans, concepto que ni siquiera existía en el lenguaje común de ese tiempo.
“Yo no sabía que era una mujer trans. Las mujeres trans de mi edad, de mi época pensábamos que éramos unos chicos gays, que éramos tan gays, que hasta nos vestíamos de mujer. Porque no estaba ni acuñado el término trans. Y cuando debuté en un show haciendo un espectáculo travesti, ahí me di cuenta que esos eran los zapatos que me correspondían, que esos tacones eran los míos”, platica Roshell para EL UNIVERSAL.

A pesar de crecer en una época donde se reproducía una imagen caricaturesca del hombre gay amanerado, disfrazado de mujer, condenado a la burla, el “no puedo más” no ha tenido lugar en su vida. Su mayor sostén, dice, ha sido ella misma. “Nadie puede venir a decirte qué hacer o qué no hacer”, afirma con convicción.
Pero esa seguridad que impone no nació sola. Siendo la más pequeña de siete hermanos, Roshell siempre contó con el amor y la aceptación de su familia, quienes, dice, supieron incluso antes que ella, que era una niña atrapada en un cuerpo que no correspondía con su verdadera identidad.
“Ellos lo supieron antes que yo. Y empezaron a cobijarme, a entenderme. Esa es la fortuna. Y eso me dio, yo creo que, mucha fortaleza”.
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En el marco del mes del Orgullo, Roshell no duda en decir que se siente orgullosa de sí misma, porque cada día es una " versión mejor de la que era ayer". Reconoce que como cualquier ser humano, tiene defectos, pero también tiene claro que es una buena persona y eso le basta para sentirse feliz.
“He tenido un buen resultado de ese niño que nació diferente, a esta mujer que es ahora Roshell Terranova”, asegura con determinación.

Roshell Terranova y su despertar activista a través de una columna de belleza
Roshell recuerda que su activismo comenzó hace más de dos décadas, cuando un golpe de realidad le abrió los ojos; hasta entonces, había vivido su identidad desde ciertos privilegios dentro de la comunidad LGBTQ+, sin imaginar la magnitud de la violencia cotidiana que enfrentaban muchas otras personas del colectivo.
El punto de quiebre llegó cuando comenzó a escribir artículos de belleza para algunas revistas, donde al final de cada columna dejaba su correo electrónico y los mensajes comenzaron a llegar.
“Me empezaron a escribir jóvenes. Llegaban mails contándome sus historias, las violencias que sufrían en sus casas, en sus colonias, en sus trabajos”, recuerda. “Y dije: ‘Yo pensé que esto era bonito, como yo lo vivo... y no’. Hay tanto que no sabía, que me dieron ganas de hacer algo”.
Fue entonces cuando comenzó a buscar instancias para poder ayudar, pero en ese entonces había muy poco. Esa búsqueda marcó el inicio de su activismo y el nacimiento de una red de apoyo que con los años se fue fortaleciendo. Muchos de los aliados con los que inició, a quienes Roshell llama “amigos de lucha”, hoy ocupan puestos clave dentro del gobierno.

Roshell ha sido protagonista y testigo de muchos de los derechos que ha ganado la comunidad. Desde estar presente en mesas de trabajo, en foros legislativos, hasta formar parte de las discusiones que impulsaron leyes como la del matrimonio igualitario, de identidad y de no discriminación.
Sin embargo, expresa también su preocupación por la desconexión generacional que se vive en la actualidad, por lo que hace un llamado a estas nuevas juventudes para que conozcan de dónde vienen los derechos de los cuales hoy disfrutan, tomen la estafeta y sigan trabajando por ellos.
“Los jóvenes no saben y no están muy interesados, pero también es por esta cultura, por esta generación que cree que todo lo merecen y que todo está para su protección, esperemos que cambien y tengan lo que se necesita para seguir luchando”, reflexiona al observar que en otras partes del mundo, derechos ya conquistados están siendo amenazados y revertidos, como en el caso de Estados Unidos.
Roshell y su identidad en el teatro
La directora y fundadora de Casa Roshell compartió con EL UNIVERSAL su amor por la actuación. Desde siempre ha necesitado ese escenario de 3x2 para poder ser ella misma; más que una actividad entre tantas que ha aprendido, la actuación se volvió parte de su identidad como mujer trans.
“Es un espacio seguro, una lucha, una trinchera”, así es como Roshell describe el escenario.
Pero, ¿cómo fue esa primera interacción de Terranova con la actuación? Ella relata que, desde siempre, sintió una atracción por los escenarios, siendo el teatro infantil su primer acercamiento. Ese fue el punto de partida de un camino que la mantiene vigente hasta hoy, explorando la actuación en el cine, cortometrajes, teatro, cabaret e incluso el stand-up. Muchos de esos proyectos, destaca, los escribe ella misma, algunos con crítica social desde los derechos de la comunidad.
“Yo todo lo que hago sobre este escenario o lo que presento en otros lados, lo escribo. Tengo espectáculos como “El matrimonio igualitito”. Todo enfocado también a combinar esta crítica social de nuestros derechos”.

Entre algunos de sus trabajos se encuentra la obra de teatro “Los arrepentidos” en 2023; Priscilla, el musical en el 2024 y una película que va a salir pronto, y aunque no reveló el nombre, nos contó que es la ópera prima de Daniel Giménez Cacho, en la cual destacó que interpretará un papel femenino, estilo de papel que le encantaría repetir y que sería uno de sus papeles deseados.
“Me gustaría hacer un papel de una mujer que no necesariamente sea trans, que me obligue a hacer una buena actuación”, indicó. Dentro de sus anécdotas actorales refirió que uno de esos papeles que le exigió, lo vivió durante la obra “Los arrepentidos”, donde tuvo que encarnar de nueva cuenta a un hombre, el cual se volvió un reto.
“Para mí fue un reto padrísimo. Varias actrices no lo aceptaron. Yo sí, dije, ‘qué maravilla de papel’. Yo quiero estos retos que nos dan experiencia y si te dices actriz”.
Agregó que no solo interpretar un papel de mujer en una obra de teatro sería su ideal, sino que también fuera en cine, porque para ella representa la posteridad: “En cine la vuelves a ver, te la topas en una plataforma o la tele o donde la puedes ver y ahí siempre está”.
Por otro lado, a las habilidades multidisciplinarias de Roshell también se suma su faceta como escritora; compartió también que está a punto de terminar de escribir “Casa Roshell, la historia” así como un guión para un cortometraje sobre sus vivencias en los festivales de cine cuando se estrenó Casa Roshell la película, filme que fue galardonada en Berlín.

Pero no todo ha sido sencillo para la actriz mexicana. Aunque hoy existen más proyectos para actrices trans y “ya hay más chiquilles que estudian la carrera, están obteniendo papeles y ganando terreno”, muchas dificultades persisten, alimentadas por los realities, las redes sociales y las propias casteadoras del medio.
“Las casteadoras solo llaman cuando hay un papel trans”, señala. En esa misma línea, criticó la elección de la protagonista en Emilia Pérez, una actriz trans española interpretando a una mujer trans mexicana. “Muchas actrices casteamos para ese papel. Lo que da coraje no es que lo haya hecho ella, sino que eligieran a una española. ¿De verdad no había talento trans mexicano para interpretar a Emilia Pérez?”, cuestiona.
Roshell Terranova nos demuestra que se puede ser una mujer multidisciplinaria y luchar desde todos los frentes, demuestra que no solo se ha maquillado para el escenario, sino que también ha trazado un camino para que todas las personas de la comunidad puedan estar en un lugar donde ser elles mismes no es solo un acto de valentía sino de comodidad.
rmlgv
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