Las figuran entre los elementos que más humedad concentran en una vivienda. El uso diario, la falta de ventilación y la acumulación de agua y restos de jabón favorecen la aparición de manchas, moho y olores persistentes.

Mantenerlas limpias no solo contribuye a la higiene del espacio, sino que prolonga su vida útil y evita el desgaste temprano de los materiales.

Foto: Canva
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Métodos de limpieza para mantener las alfombras en óptimas condiciones

Las alfombras de baño antideslizantes de goma suelen presentar manchas oscuras originadas por la mezcla de agua, jabón y productos de higiene. Para limpiarlas de manera efectiva, el sitio especializado en limpieza Cleanipedia, recomienda sumergirlas en agua tibia con jabón neutro, dejarlas reposar unos minutos y frotar con un cepillo las zonas donde se acumula mayor suciedad.

Después del aclarado, es útil introducir la pieza en agua con una pequeña cantidad de lejía o vinagre durante quince minutos, procedimiento que ayuda a reducir humedad retenida y frena la proliferación de moho. Cuando las manchas son más resistentes, la mezcla de bicarbonato y agua en forma de pasta facilita su eliminación sin dañar la superficie.

En el caso de las alfombras textiles, su capacidad para absorber agua hace indispensable lavarlas con mayor frecuencia. Lo ideal es colocarlas en la lavadora con agua caliente y detergente cada dos o tres días.

Si presentan manchas visibles, puede aplicarse un quitamanchas antes del lavado. Aunque algunos expertos recomiendan realizar esta rutina una vez por semana, la periodicidad depende del nivel de uso del baño. Al terminar el ciclo de lavado, es preferible dejarlas secar al aire libre para evitar deformaciones o daños en las fibras.

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Hábitos diarios y cuidados preventivos para evitar humedad y moho

Además del lavado regular, existen prácticas que ayudan a reducir la humedad en las alfombras y mejorar la ventilación del baño. Entre ellas destacan airear la estancia después de la ducha, extender la alfombra para permitir un secado completo y eliminar restos de jabón o cabello acumulados.

Otras recomendaciones incluyen aspirarlas con frecuencia, evitar dejar agua estancada en la superficie y revisar periódicamente el estado del caucho o base antideslizante para prevenir deterioro o roturas.

Las rutinas de lavado también pueden adaptarse según el tipo de material. En el caso de la microfibra, su capacidad de absorción y secado rápido facilita tanto el mantenimiento como la resistencia al uso diario.

Antes de iniciar cualquier método, conviene revisar la etiqueta de cuidado para conocer límites de temperatura, detergentes compatibles y restricciones de secado.

Entre las recomendaciones avanzadas figura alternar el uso de varias alfombras para dar tiempo de secado entre cada ciclo. Para manchas difíciles de hongos, la combinación de agua tibia, bicarbonato y detergente permite una limpieza más profunda.

También se aconseja evitar planchas o secadoras a altas temperaturas, pues el calor excesivo puede deformar tanto las fibras como el caucho. Finalmente, optar por modelos con respaldo antideslizante extraíble facilita el lavado y prolonga la vida útil del accesorio.

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