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Los minerales son nutrimentos indispensables para diferentes funciones del cuerpo humano como la formación de huesos y células sanguíneas, el desarrollo del sistema nervioso, la producción de hormonas y la actividad de los órganos, remarca la Secretaría de Salud de México. En su mayoría, los adquirimos a través de los alimentos y su impacto en la salud es muy grande.
Existen dos tipos de minerales, explican los Institutos Nacionales de la Salud (Estados Unidos), los macrominerales y los oligoelementos. Los que más precisamos son los primeros y entre estos se encuentran el calcio, fósforo, magnesio, sodio, potasio, cloro y azufre, cada uno con su función o aporta particular para el funcionamiento del organismo.
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El mar y la salud
Entre los minerales señalados anteriormente, hoy queremos destacar al magnesio. Este está involucrado en más de 600 reacciones enzimáticas entre las que se incluye ayudar a convertir la comida en energía, ayuda a crear y reparar el ADN y ARN, actuar en la formación de nuevas proteínas a partir de los aminoácidos, formar parte de la contracción y relajación de los músculos y ayudar en la regulación del sistema nervioso, según datos difundidos por la Alianza Latinoamericana de Nutrición Responsable.
Como se dijo anteriormente, los minerales pueden adquirirse en su mayoría a través de los alimentos. En el caso del magnesio lo podemos encontrar en verduras de hoja verde oscura, almendras, cacahuetes, guisantes, maíz, chocolate, pasta, queso Gruyere, sardinas en conserva y merluza, entre otros, según la Universidad de Navarra (España).
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Sin embargo, las personas también pueden sumar este mineral a su salud a través del agua de los océanos. Bañarse en el mar siempre es recomendado, entre otros beneficios, porque el cuerpo observe a través de la piel magnesio y otros minerales como calcio y potasio.
Por supuesto que un solo chapuzón en el mar no basta para que nuestro cuerpo pueda aprovechar el magnesio del agua. Ante esto, los expertos afirman que lo ideal es permanecer en el mar por al menos unos 18 o 20 minutos, tiempo que permitirá a la piel absorber este nutriente y beneficiar a nuestra salud.
