No se puede hablar de soberanía cuando las y los mexicanos no podemos vivir en paz, sin miedo, sin estar sujetos a extorsiones, cobro de piso, secuestro y muerte. Cuando nos sentimos vulnerables pues en el corazón mismo del país se asesina a plena luz del día.

Podremos celebrar plenamente el día de las madres cuando en nuestro país haya paz y se reconozca que sin su trabajo la rueda de la economía y de la sociedad simplemente no giraría.

Si hay algo que expresa contundentemente la indolencia del oficialismo es lo relacionado con la salud de las y los mexicanos. El colapso del sistema público es ya inocultable.

Lo que llegó fue la división entre las que antes hacíamos alianzas para luchar por nuestros derechos sin importar nuestras diferencias. También la soberbia, la polarización, la falta de empatía con las víctimas, y la indolencia y frialdad como signo de la casa.

El oficialismo nos pide unidad nacional. Y los mismos que apenas ayer descalificaban, insultaban y excluían a quienes no piensan igual, hoy se llenan la boca con llamados a la unidad.