
No se trata sólo de que la fábrica venga a México, sino de que venga la fábrica más inteligente, con ingeniería, automatización, I+D, suministros locales, talento técnico...

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Nuestra dependencia tecnológica implica pérdida de competitividad y de soberanía industrial. Sin innovación local, no podremos desarrollar baterías, software, ni soluciones médicas de vanguardia






