
La sociedad mexicana, politizada como es, odia que le den atole con el dedo, que pretendan manipularla, que osen utilizarla.
La sociedad mexicana, politizada como es, odia que le den atole con el dedo, que pretendan manipularla, que osen utilizarla.
Se detectan y eliminan cinco cuentas del narco y brotan diez más en rincones no tan ocultos. Es, la del ciberespacio, una hidra criminal imbatible.
¿Algún día el Estado mexicano pondrá honrar a aquellos Murciélagos a través de la captura de El Mencho? ¿O seguiremos lamentando más pérdidas de tropas mientras escuchamos narcocorridos burlones?
Bien que desciendan las cifras de los muertos visibles, pero en el gobierno federal no deben echar las campanas al vuelo porque el narco hoy está matando de otra manera: desapareciendo a mexicanos.
Sigamos en el ‘no pasa nada’, o en el ‘sí pasa, pero no lo digas en público porque los neoliberales periodistas harán un escándalo’.
Otra generación más adoctrinada por la narco cultura mexicana, con todo lo que eso representa para la continuación de la ruptura del tejido social.
Sería tristísimo y decepcionante que durante su mandato se consolidara un movimiento autoritario con rasgos fascistas. Una presidencia dictatorial en estos tiempos representaría una tragedia nacional.
La Presidenta, con una “A” giganta que ha roto el techo político de cristal, tiene por delante una misión inconmensurable: que las mujeres lideren México, y no de forma retórica.