Debido a sus habilidades, al conocimiento que tienen y del compromiso hacia sus pacientes, los médicos tienen la obligación de adentrarse en los vericuetos del sufrimiento. Lamentablemente, el compromiso humano hacia el enfermo ha decaído.

Avasallada la humanidad por políticos corruptos e ineptos, por noticias falsas, por informaciones falaces y por periódicos arrodillados ante sus dueños, han sumido al binomio ética y libertad en un barranco profundo.