Qué fácil fue para el expresidente Andrés Manuel López Obrador culpar a gobiernos pasados de la inseguridad que se vivió durante su sexenio. Qué difícil debe ser para la presidenta Claudia Sheinbaum no poder mencionar que el gobierno que la antecedió registró el récord de 200 mil homicidios durante los seis años.

Qué difícil debe ser para ella omitir que está enfrentando las consecuencias de un gobierno que no actuó contra el crimen; qué complicado no poder reconocer un cambio en la estrategia de “abrazos, no balazos”.

Y es que la presidenta Sheinbaum heredó un país en llamas en materia de seguridad, pero no lo mencionará ni reconocerá porque a López Obrador no se le puede cuestionar ni tocar con el pétalo de un adjetivo; él sigue siendo el líder moral con la más alta influencia en Morena.

Por eso el cambio de estrategia en materia de seguridad se lleva a cabo en los hechos, no así en la narrativa.

Hemos visto la detención de la presidenta municipal de Amanalco y de los directores de seguridad de Tejupilco, Naucalpan e Ixtapaluca, Estado de México, señalados de asociarse con el crimen organizado por extorsión y homicidios.

Hemos sido testigos de que se han girado órdenes de aprehensión en contra de otros alcaldes y servidores públicos municipales de otros estados, sin importar el partido al que pertenecen.

No es un secreto que en los últimos meses se han registrado enfrentamientos letales entre militares o elementos de la Guardia Nacional contra integrantes del crimen organizado.

Asimismo, se ha hecho pública la detención de capos de la droga como Miguel Ángel Cuéllar, alias ‘El Tigre’, y de Hernán Domingo, ‘El Mero Mero’, o el decomiso de una tonelada de fentanilo en Sinaloa, acciones no vistas durante el gobierno anterior.

Es evidente el cambio de estrategia en materia de seguridad respecto a su antecesor, que pareciera que algunos morenistas no ven con agrado el golpe de timón y, muestra de ello, es que hace unos días circuló en redes sociales un análisis sobre la designación como terroristas de los cárteles de la droga, el cual, según publicaciones en X, se distribuyó en la bancada de Morena en el Senado de la República.

El documento aborda el planteamiento ideológico de la cuarta transformación respecto al combate a la violencia, el cual versaría en torno a un tratamiento social, atendiendo las causas que originan la violencia y afirma que la realización de operativos que prioricen el uso de la violencia en contra de los cárteles representaría una contradicción a la retórica que se ha planteado desde el sexenio pasado.

Acaso, ¿será una muestra de que hay intereses que están siendo trastocados y que estos tienen representación política en el Congreso?

Dicen que para buscar resultados distintos no hagas siempre lo mismo, por eso la Presidenta buscó una alternativa, un cambio de estrategia en materia de seguridad, pues es claro que “los abrazos” no rindieron frutos a la seguridad de los habitantes.

Estoy convencida que uno de los mayores deseos que tenemos muchos mexicanos para este 2025 es que llegue la paz y la tranquilidad a nuestras comunidades, a nuestras familias.

Muchas mexicanas y mexicanos deseamos que se quede atrás el sexenio con 200 mil homicidios, el gobierno que en lugar de trabajar y asumir responsabilidades, echó culpas y pretextos.

Ciudadana

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