Los hechos se agravaron por las circunstancias y los rebasaron. El país dominado por el hampa que se impone a la fuerza de las balas, sin contención ni miramientos, ¿qué los detiene? Desatados, se saben absolutos, intocables, frente a instituciones frágiles y controladas. Sinaloa, un año en guerra, se apuesta a que se vuelva cotidiano, luego, que opere la amnesia colectiva, como muchas cosas que antes sorprendían, actualmente, por desgracia son comunes. Se suma Michoacán, en añicos, sin cohesión; su gobierno ausente, insensible, bufón. Es insólito, los seres humanos se habitúan prácticamente a cualquier situación por precaria que sea y, en el caso de esta sociedad, resiste lo indecible, lo inimaginable, vivimos en pleno surrealismo fantástico.
Jamás se creyó que el morenismo fuera tan devastador, buscó la silla con discurso integrador; lobos con pieles de oveja, pero no fue así, lo primero fue dividir, chairos y fifís, después les sonrió a los malandrines y los abrazó, en seguida comenzó su voraz tarea demoliendo lo que impida su anhelada perpetuidad; quitaron los obstáculos a sus excesos para que nadie los detenga, incluso si se trataba de la Constitución. Acabaron con la Corte porque los frenaba y desaparecieron órganos autónomos para concentrar su poder. Juraron que combatirían la corrupción, no que se la apropiarían y ahora les pertenece, sin medida, son de alto de rendimiento, les gusta ser los mejores y se engolosinaron, el saqueo a la hacienda es inconmensurable. De algo debemos de estar convencidos, ellos son los próximos innombrables.
Es la catástrofe visible a todas luces, señalada en lo doméstico y evidenciada en lo internacional, aparecen inverosímiles, deshonrosos y chuscos momentos con los que se pretende manipular poniendo temas para distraer el enojo e intentar motivar el olvido en la población que se especializa en practicarlo.
Algunos ejemplos: Adán Augusto, ni preocupado ni ocupado, cómodo en su curul. Entendió que el golpeteo sería transitorio, era cuestión de aguantar, son tantos y tan variados los escándalos que el suyo se antojaba efímero. Hoy pocos lo siguen atendiendo, continuará como senador. El descaro. El otro, Fernández Noroña, hábilmente se hizo de los reflectores, sus viajes, propiedades y desplantes, desafiaron a la prensa ¿hubo consecuencias? nada. Para cerrar, el arresto del ‘segundo tirador’ en el asesinato de Colosio, ¿quién les cree?
No funcionaron, las cortinas de humo fallaron, la irritación social se acrecienta, hasta que llegó la mayor ocurrencia, el atrevido mequetrefe que toqueteó a la Ejecutiva, nos obliga a preguntarnos: ¿dónde estaba la escolta? Vaya, si eso le pasa a la persona más protegida, qué será de los ciudadanos de a pie. Es el colmo. Ya es bastante, no estamos comprometidos a soportar. Es verdad, se llevaron la elección,pero no el derecho a la burla.
En respuesta a los insultos, se gestó un movimiento por la generación Z. Hay que ver el tamaño del músculo de los jóvenes que han estado en deuda permanente por su dejadez; son la ola del cambio, rostros sin partido, marca, ni origen, fruto del hartazgo del autoritarismo en demanda de un México justo, seguro y libre de podredumbre. Ya hemos oído eso, no es nuevo, pero las condiciones sí lo son. Los ojos están puestos en la marcha del día 15, es el reto que los chavos se auto impusieron y en el que ponen todo. Ojalá y sean ganadores, los necesitamos.

