La mañana del pasado jueves volaron del territorio mexicano diversas aeronaves a distintas partes de los Estados Unidos de América.
Una operación silenciosa y de la más extrema cirugía jurídico-operativa, en que los pasajeros eran nada más y nada menos que veintinueve personajes vinculados al crimen organizado. Sin duda, la mayor operación de extradición de parte del gobierno mexicano a Estados Unidos. Uno de los personajes más destacados de esta operación fue la del “capo de capos” Rafael Caro Quintero, cuya historia está marcada por el asesinato del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena, en 1985.
Así es que nadie imaginaba que después de cuarenta años de ese lamentable episodio, Caro Quintero, fundador del cártel de Jalisco en la década de los ochenta, quién estuvo preso en México veintiocho años y luego fue recapturado en el 2022, ahora su vida dependerá de un Tribunal de Estados Unidos que podría condenarlo a la pena de muerte. Así que a Caro le salió caro este movimiento estratégico de ambos países y, no sólo a él, sino a otros líderes representativos, acusados de encabezar el crimen organizado.
La operación resultó un éxito sin precedentes para el gabinete de seguridad quien ese mismo día sostenía la primera reunión binacional sobre seguridad en la ciudad de Washington, D.C., a fin de revisar los avances alcanzados, acordar nuevas acciones y fortalecer el combate al tráfico de drogas, en particular fentanilo, y de las armas, como lo refirió el propio gobierno mexicano.
Cabe resaltar que dichas acciones y toda colaboración bilateral en seguridad se enmarcará bajo los cuatro principios establecidos por la presidenta Sheinbaum: (i) responsabilidad compartida, (ii) confianza mutua, (iii) cooperación sin subordinación y (iv) respeto a la soberanía.
La delegación mexicana estuvo encabezada por el Secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente; el Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch; el Secretario de la Defensa Nacional, General Ricardo Trevilla; el Secretario de la Marina, Almirante Raymundo Pedro Morales; el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero; el Embajador de México en Estados Unidos, Esteban Moctezuma; la Secretaria Ejecutiva del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Marcela Figueroa, y el Jefe de Unidad para América del Norte, Roberto Velasco.
Así es que no fueron los drones, sino la estrategia del gabinete de Seguridad, con el envío de veintinueve personajes vinculados al crimen organizado al país vecino, lo que ha dinamitado o cimbrado a los principales cárteles de la droga.
Abogado y activista, maestro en Ciencias Penales. Autor del libro “Los filósofos en la era tecnológica. Los pitagóricos de hoy”. @UlrichRichterM