Hace unas semanas, en una conversación con alumnos de derecho penal, pregunté qué entendían por “inteligencia criminal”. La mayoría mencionó espionaje telefónico y vigilancia con cámaras, pero nadie habló de análisis de patrones, análisis geoespacial o criminología ambiental. Sus respuestas no fueron casuales, reflejan un problema estructural de muchas fiscalías: investigar caso por caso, sin mirar más allá para analizar y comprender las causas profundas y el entorno que produce sistemáticamente determinados tipos de delitos. Porque gracias a la inteligencia criminal y sus herramientas es posible reconocer que muchos delitos no ocurren en el vacío sino en contextos que pueden y deben ser analizados para reconocer los patrones detrás de ellos.

La inteligencia criminal permite identificar, tipificar y contabilizar las tendencias y patrones de determinados delitos. Por ejemplo, un aumento en el robo de vehículos en una colonia determinada, y el análisis de contexto complementa respondiendo al por qué ocurre ahí. ¿Hay calles sin iluminación?, ¿desempleo creciente? ¿Opera una banda organizada en la zona? y solo al responder estas preguntas se puede intervenir con eficacia y sentido.

Lo mismo ocurre con los delitos digitales. La inteligencia criminal puede rastrear el crecimiento de fraudes por medios electrónicos, mientras que el análisis de contexto revela los factores detrás; por ejemplo, escaso acceso a educación tecnológica, baja conciencia sobre seguridad digital, poca capacidad institucional para investigar delitos transfronterizos. Entonces, sin el uso de estos enfoques, las fiscalías sólo irían detrás de los responsables, sin entender ni alterar las condiciones que facilitan la repetición de determinados delitos.

En la Ciudad de México, dimos pasos importantes en esta materia. Se crearon unidades de análisis criminal que acompañan investigaciones complejas, ayudaron a tomar decisiones estratégicas sobre hacia dónde dirigir los recursos, mapear patrones de violencia feminicida y detectar patrones que ayudaron a reconocer tendencias asociadas a las desapariciones forzadas y voluntarias. Por su parte, mediante la unidad de Inteligencia Social, de perfil humanista, logramos obtener información relevante que nos ayudó a nutrir investigaciones, siempre mediante colaboración local basaba en informes de los habitantes de las zonas, en donde los propios ciudadanos, de manera voluntaria y segura, ayudan a priorizar zonas críticas, anticipar riesgos y mejorar la coordinación interinstitucional.

Transformar las fiscalías para implementar herramientas de inteligencia criminal y análisis de contexto, no requiere grandes inversiones, pero si voluntad política, perfiles adecuados y cambios en la lógica institucional; y solo mediante estas herramientas lograremos una justicia que pase de la reacción a la comprensión y actuación con inteligencia.

Insistir en ello es también insistir en fiscalías que se piensen como parte de una red de actores que construyen paz, y no como una maquinaria aislada que solo produce y acumula carpetas de investigación. La inteligencia criminal sin contexto puede reforzar prejuicios, generar sobrecriminalización o dirigir los recursos hacia objetivos erróneos. En cambio, el análisis con enfoque territorial, diferencial e interdisciplinario permite responder con humanidad, con técnica y con estrategia.

Avancemos en esta dirección, consolidemos áreas especializadas en análisis criminal, profesionalicemos al personal investigador en estas disciplinas y fomentemos la colaboración con otras instituciones clave. Todo ello, sin perder de vista el enfoque de derechos y la centralidad de las víctimas. La incorporación sistemática del análisis de contexto en las investigaciones penales no es solo una mejora técnica. Es una vía para avanzar hacia una procuración de justicia más estratégica, más humana y más eficiente. El reto no es menor, pero hemos demostrado que sí es posible, si se actúa con conocimiento, coordinación y visión estratégica.

Académico y especialista en políticas públicas en materia de administración de justicia y paz

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