La Generación Z busca cada vez más un futuro financiero
“Quiero que me regales criptomonedas.” Esa frase de mi sobrino Ignacio, de apenas 16 años, resonó más que cualquier artículo envuelto bajo el árbol este diciembre.
No pidió los tenis de moda, ni la última consola de videojuegos, ni tarjetas de regalo: pidió un número en una wallet, con posibilidades, oportunidades y futuro. Esto no es un capricho de la generación Z: es la cristalización de una aspiración colectiva.
Según una encuesta elaborada por Visa, más de uno de cada cuatro compradores en Estados Unidos anhelaba recibir criptomonedas como regalo de Navidad, y entre la Generación Z esa cifra se dispara al 45%. Este dato nos dice algo profundo: los jóvenes no piden cosas, piden futuro. (Visa)
Estamos ante un cambio en la economía del consumo. Lo que antes era deseo por productos tangibles se ha convertido en aspiración por activos que representan autonomía financiera y participación en una nueva infraestructura monetaria.
Esta transición no es marginal ni anecdótica: el reporte también menciona que una proporción significativa de compradores espera que las stablecoins dominen el mercado de pagos hacia 2030, con un 28% proyectando un uso creciente al 2035. Esto no es solo innovación tecnológica; es un desplazamiento de expectativas sobre identidad económica, movilidad financiera y libertad de elección.
Cuando los jóvenes piden criptomonedas, piden acceso a un ecosistema donde el valor se mide en oportunidades, no en posesiones físicas. Esta realidad está convergiendo con una ola de marcos regulatorios que buscan integrar cripto activos en el sistema financiero tradicional. El equilibrio entre innovación y gobernanza es el eje que transformará una tendencia juvenil en infraestructura financiera global.
América Latina no está al margen de esta transformación; es uno de los mercados de mayor crecimiento global en adopción de cripto y tecnología de pagos digitales. Según el estudio regional, el 57% de los consumidores latinoamericanos estaría dispuesto a aceptar criptomonedas como regalo estas fiestas, y más del 60% ve un futuro para transferencias internacionales de dinero.
Esto responde a condiciones estructurales en la región: límites en sistemas bancarios tradicionales, altas remesas, y una población digitalmente activa con fuerte penetración de smartphones. En este contexto, los jóvenes no solo comprenden tecnologías emergentes, sino que las están incorporando en su vida económica cotidiana, construyendo su patrimonio, y demandando opciones financieras centradas en eficiencia, accesibilidad y autonomía.
La imagen de Ignacio observando su wallet —con criptomonedas bajo la custodia de su padre— es más que una anécdota familiar; simboliza un cambio de época. La Navidad 2025 no será recordada por cuántos regalos se abrieron, sino por cómo esperaban recibirlos, anticipó un nuevo paradigma económico. “Más números en mi wallet” es una metáfora potente.
En este nuevo ecosistema, el futuro no está en los regalos que damos, sino en las oportunidades que habilitamos. Y eso comienza con entender que los números que hoy brillan en una wallet son las semillas de la próxima generación de valor.
Esta es la economía que viene: no solo digital, sino profundamente humana en su aspiración de crear más oportunidades para todos.
Silvina Moschini es Founder y Chief Strategy Officer de Unicoin Inc., emprendedora tecnológica y promotora de la transparencia en los activos digitales. Fue reconocida por la ONU como “Mujer del Año en Sectores Disruptivos” y es una de las voces más influyentes en la intersección entre innovación, regulación y finanzas digitales.

