El Día de Muertos convoca a los difuntos y desnuda a los fantasmas del discurso público politizado. En la Ciudad de México, donde la evidencia apunta a una reducción sostenida de los delitos y un sistema de atención de emergencias más sólido, el debate opositor sigue atrapado en conjeturas.
Cuando el ruido político pretende pesar más, los datos duros se vuelven ofrendas necesarias de recordar o venerar metodológicamente. La capital nacional vive un momento de inflexión: disminución de la incidencia delictiva, menos emergencias y consolidación del ecosistema de seguridad articulado por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada.
Sin embargo, el debate político insiste en discutir percepciones, no realidades. En el Mictlán de las suposiciones, donde las verdades se extravían entre acusaciones y declaraciones de coyuntura, el desafío es simple pero esencial: devolver a la política su anclaje en los hechos.
Los resultados del gobierno de Brugada en la CDMX —expuestos esta semana en la comparecencia del titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana ante el Congreso local— muestran una tendencia sostenida a la baja en los indicadores de seguridad. Entre 2019 y 2025, los delitos de alto impacto disminuyeron 59 por ciento y los homicidios dolosos 48. Un proceso de consolidación institucional, inversión tecnológica y coordinación iniciada hace siete años por la ahora Presidenta Claudia Sheinbaum y el cual adquirió madurez operativa.
A ello se suma una reducción del 18 por ciento en las urgencias y emergencias atendidas desde el 9-1-1 en septiembre de 2025 respecto al mismo mes del año anterior. Una sociedad que llama menos para pedir ayuda vive con menor exposición al riesgo.
El contraste entre resultados y desconfianza política es revelador. Durante la comparecencia del titular de la SSC, un diputado de oposición insinuó que el C5 “presume números”. La frase sintetiza un hábito arraigado: convertir la sospecha en argumento, y el escepticismo en sustituto del análisis. Pero las cifras son registros verificables y transparentes. Si algo se presume, es lo real. El C5 de la capital nacional representa uno de los sistemas de seguridad pública más vivos de América Latina. Desde sus pantallas y su red de 83 mil 414 cámaras se coordina una operación ininterrumpida que atiende, en promedio, más de 4 mil 200 llamadas diarias al 9-1-1. Y este año estarán listas 30 mil 400 nuevas cámaras.
La función de la política, decía el filósofo, sociólogo y politólogo francés Raymond Aron, no es negar la realidad sino interpretarla con responsabilidad. Los datos de seguridad deben analizarse en su contexto y complejidad.
El Mictlán de las suposiciones es el reino donde los datos mueren antes de ser comprendidos. Pero los hechos no admiten sepultura fácil.
@guerrerochipres

