Ninguna autoridad está satisfecha con logros en seguridad. Por ello se insiste justificadamente en profundizar el esfuerzo y mejorar los resultados en delitos patrimoniales como el robo de vehículo con y sin violencia.
Los reportes de robo de vehículo y de autopartes atendidos en el C5 pasaron de 14 mil 388 en enero-noviembre de 2024 a 11 mil 886 en el mismo periodo de 2025, lo cual —en cuanto refleja parte de la cifra negra por definición carente de registro en el Ministerio Público— ilustra sobre el avance en la materia y los pendientes.
Esa disminución se explica, entre otros factores como la acción e investigación policial, por la presencia de más cámaras de videovigilancia, arcos detectores de placas y la manera como esos dispositivos se integran en una lógica institucional de colaboración.
La tecnología y la cooperación incondicional estrecha el margen para la depredación delictiva. El convenio entre la Fiscalía General de Justicia y el C5 firmado esta semana opera con esa noción. La fiscal Bertha Alcalde Luján lo explicó con claridad al destacar el acceso oportuno a las videgrabaciones como elemento en la planeación de investigaciones más eficientes entre más cerca está su inicio a la ocurrencia del delito. Esa ventana temporal es determinante cuando los patrones de escape son todavía rastreables y las posibilidades de recuperación del vehículo aumentan.
Por eso la réplica espejo inmediata de cámaras del C5 dentro de la Fiscalía Especializada en Robo de Vehículos es una pieza en un sistema mayor: rutas de escape reconstruidas cuadro por cuadro; zonas de enfriamiento que dejan de ser espacios ciegos; puntos de cateo estructurados con evidencia precisa. Siempre es conveniente promover el uso de cámaras privadas como parte del proceso de robustecimiento de un sistema integral de seguridad acompañada para y por la ciudadanía desde domicilios y empresas.
Los 340 arcos y 833 sensores de detección de placas vehiculares representan una red capaz de observar y relacionar. A ellos se suma la instrucción de la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, de instalar más de 30 mil cámaras adicionales para expandir el mapa de vigilancia hacia zonas donde antes el delito encontraba refugio.
La tecnología se vuelve institucionalmente significativa cuando la ciudadanía participa. Acciones como dar aviso al 9-1-1, usar el 089 de denuncia anónima o reportar extorsiones en el 55 5036 3301 generan insumos y conciencia sobre retos en territorio.
La sinergia entre el C5 y la Fiscalía redefine la relación entre videovigilancia y justicia, donde las cámaras son extensión del trabajo pericial. Cada ruta reconstruida, patrón detectado, vehículo recuperado muestra un ecosistema digital de la ciudad que transforma la realidad.
El espejo del C5 en la FGJ establecido contra el hampa es un dispositivo público que convierte clandestinidad delictiva en mayor riesgo para el depredador.
@guerrerochipres

