Con el arranque del año 2025 comenzó también el proceso para la creación y registro de nuevos partidos políticos que quieran sumarse al espectro político de México y puedan participar de manera formal en las futuras elecciones federales de 2027. La hegemonía y dominio casi total que hoy ejerce Morena en la política nacional, lejos de desalentar la participación de nuevos actores, parece incentivarla; porque en apenas una semana —desde que el INE abrió el 8 de enero la recepción de solicitudes— van 14 organizaciones apuntadas para formar nuevas fuerzas políticas.
El plazo para que se cierre la manifestación de intenciones para registrar nuevos institutos políticos concluye en 13 días, el próximo 31 de enero, y en el propio INE esperan que se incremente el número de solicitudes de quienes intentar convertirse en jugadores y competidores en el mercado electoral mexicano. Pero no todos los partidos ni personajes que están levantando la mano y se aprestan para cumplir los requisitos oficiales se pueden llamar textualmente “nuevos partidos” y mucho menos “nuevos liderazgos políticos”.
Porque en la lista de los que hasta ahora han manifestado sus intenciones de registrar un partido político, aparecen desde nombres de partidos ya existentes, pero que perdieron su registro oficial por falta de votación o nombres de dirigentes y liderazgos demasiado conocidos en la política nacional, algunos con buena fama, otros no tan buena y algunos hasta con fama cuestionable. Al mismo tiempo, emergen movimientos que no siempre tienen un origen claro o cuyo financiamiento no siempre es transparente ni sus intenciones explícitas.
Así que, entre la novedad y el reciclaje político, la rebatinga por obtener una franquicia política y consolidar una organización que reciba financiamiento público, las leyes electorales mexicanas permiten, en teoría, que cualquiera que logre cumplir los requisitos básicos como tener al menos 257 mil simpatizantes o realizar al menos 20 Asambleas estatales en las entidades federativas del país y al menos 200 asambleas distritales en los 300 distritos electorales en que se divide el país, pueda hacerse de una nueva marca política y entrar al juego electoral en busca de posiciones de poder y representación política de los ciudadanos.
Claro que, más allá de los requisitos, los filtros y la evaluaciones legales que realizan los consejeros y funcionarios del Instituto Nacional Electoral para determinar quién sí y quién no puede constituir un nuevo partido, también existen y operan en la práctica, “criterios políticos extraoficiales” que deciden, de último minuto, cuáles y cuántos serán los nuevos registros que se otorguen, a quiénes y por qué.
Y esos criterios, más allá de lo que deciden los consejeros electorales, suelen ser aplicados a través de presiones, peticiones o de plano instrucciones del régimen en turno (léase la Presidencia de la República o el gobierno en turno) que, de manera subrepticia pero real, deciden a quién sí le dan registro y a quiénes no se le dará en ningún caso, aunque cumplan total y escrupulosamente con los requisitos legales.
Así que, hasta el momento, y a reserva de que se sumen nuevas solicitudes ante el INE, entre las 14 intenciones de nuevas fuerzas políticas que hasta ayer se contaban, hay hasta ahora tres organizaciones que parecen ser las más viables para obtener el registro, al menos desde el punto de vista legal, de capacidad de organización y de personajes que tiene experiencia en la constitución de nuevas fuerzas electorales.
El primer caso es la organización de corte derechista y de ideología conservadora afín a la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos. La organización “Viva México”, que encabeza el actor y productor ultraderechista Eduardo Verástegui, promueve, a partir de su dirigencia en México, la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), en la que militan también personajes como Trump y Jair Bolsonaro, una ideología ultraconservadora en la que “Dios es el centro de la vida” y que influya en políticas públicas como la educación, la salud, el desarrollo económico, la defensa de las familias y de los jóvenes.
Verástegui, que justo fue invitado a Washington a la toma de protesta del nuevo presidente de los Estados Unidos, contaría con el apoyo del trumpismo, con su estrategia para fortalecer a la derecha en el mundo y podría obtener incluso financiamiento para impulsar la creación de su nuevo partido de corte conservador y que también coincide con postulados como la defensa de la libre empresa y el rechazo total a las políticas de la izquierda asistencialista de Morena que defiende, de manera cada vez más pública y activa, el empresario mexicano Ricardo Salinas Pliego.
Para nadie es un secreto que Donald Trump se ha propuesto, en sus cuatro años que despachará en la Casa Blanca, ser el “nuevo líder de la derecha internacional” y combatir a las izquierdas que hoy gobiernan en todo el mundo. Y su primer cruzada está puesta en Latinoamérica, donde ya tiene como sus dos principales aliados, para emprender la reconquista derechista y combatir al eje de izquierda que se ha formado en la región, a Javier Milei y Nayib Bukele.
En esa misma línea, aunque con menos apoyos nacionales e internacionales visibles, está el Partido Republicano de México, que encabeza el ex priista y ex panista Ivan Peña Nader, quien antes ayudó a crear el partido Nueva Alianza de Elba Esther Gordillo, y que ahora vuelve a intentar una nueva fuerza política, a partir del Partido Republicano que ya había obtenido registro local en Chihuahua, pero que lo perdió al no haber alcanzado la votación del 3% en las pasadas elecciones estatales.
El otro partido que se está formando y que ya manifestó su intención de obtener el registro es el que encabeza Guadalupe Acosta Naranjo, que junto con un grupo de experredistas como Miguel Alonso Raya, Fernando Belaunzarán y Jesús Ortega —ojo sólo Ortega, no Jesús Zambrano—, y con un grupo de intelectuales que lo acompañan como el exsenador Álvarez Icaza, José Antonio Crespo, Federico Reyes Heroles y exconsejeros del INE como Leonardo Valdez y el exsecretario general de ese instituto, Edmundo Jacobo Molina.
Ubicados en el centro izquierda y la social democracia, este grupo está haciendo ya alianzas con expriistas, expanistas y experredistas para realizar sus asambleas en toda la República y, según se dice, tienen financiamiento de un empresario mexicano del norte del país, cuya identidad no han revelado. Si bien sus líderes ya son conocidos y la mayoría de ellos son de oposición recalcitrante a Morena y a la 4T, este es de los esfuerzos más sólidos y de personas que sí saben cómo armar un partido político. Para definir su identidad han sondeado varios nombres para su fuerza política y SOMOS México, parece ser el que más aceptación ha recibido.
El tercer partido, que al parecer tiene posibilidades de obtener el registro, lo encabeza Hugo Erick Flores, actual diputado federal por Morena y ex dirigente y fundador del Partido Encuentro Social, que perdió su registro en pasadas elecciones. Conformado en su mayoría por grupos evangélicos y aliado a Morena y al lopezobradorismo en Morelos, donde postularon al ex gobernador Cuauhtémoc Cárdenas, Hugo Erick trabajó en el gobierno panista de Felipe Calderón y después se acercó a López Obrador. Ahora, en busca del registro, para lo que han denominado “Construyendo Solidaridad y Paz”, Flores se ha aliado con Fernando González Yáñez, ex subsecretario de Educación, yerno de Elba Esther y ex dirigente también fundador de Redes Sociales Progresistas, que también perdió el registro.
La ventaja que podría tener el nuevo partido que busca constituir el diputado Hugo Erick es que tiene buenas conexiones y relación con la 4T y es bien visto por la presidenta Sheinbaum, al grado de que se le ve como un posible nuevo aliado o satélite de la 4T si logra obtener su registro.
Así que entre la ultraderecha, el trumpismo, la social democracia o la izquierda democrática, las ideologías y los perfiles de los nuevos partidos que podrían surgir oficialmente en México no son necesariamente “nuevos” y en muchos casos se trata de reciclaje político y de cartuchos ya vistos por la sociedad mexicana. Veremos quiénes de ellos logran cumplir los requisitos y, también, a cuáles de ellos los deja pasar el régimen de la 4T que, claramente, tendrá la última palabra.
Porque, como nos decía un experimentado político que transitó entre los regímenes del PRI y el PAN, “el régimen gobernante siempre es el que decide al final, quién sí y quién no puede crear un partido. Siempre ha sido así y sólo hubo un presidente que cometió el error de dejar pasar a uno de sus adversarios más fuertes, Andrés Manuel López Obrador, y el resultado fue que, tres años después de que le dieron el registro, les arrebató el poder. Ese presidente fue Peña Nieto”.
NOTAS INDISCRETAS…
Para que luego digan que el gobierno de la 4T no es de cuotas ni de cuates, nos cuentan que ahora que tomó posesión como secretaria de la Función Pública, Raquel Buenrostro mandó llamar a todos sus colaboradores de confianza y los reunió en un salón para darles un anuncio importante. Entre los funcionarios había profesionales de carrera en el tema de contralorías, gente con años de experiencia en materia de fiscalización y combate a la corrupción y personas que llevaban años colaborando en la SFP. La señora Buenrostro, quien se ganó la fama de ser “la dama de hierro” tras su paso por el SAT y por Economía en el pasado sexenio, comenzó su mensaje agradeciendo a todos sus colaboradores su “gran desempeño, su trabajo y su experiencia”. Les dijo que no dudaba que eran todos profesionales y capaces en su campo de trabajo y que les reconocía por su experiencia en la dependencia. Cuando todos los presentes esbozaban una sonrisa y se sentían halagados y reconocidos por la nueva secretaria, vino un giro inesperado en el discurso y sin más ni más, Buenrostro les congeló la sonrisa: “Por todo eso les pido de favor que me presenten todos su renuncia a partir de esta fecha, y que procedan a hacer la entrega de sus áreas a las personas que serán nombradas en su lugar”. Ante el desconcierto y el impacto del garrotazo que siguió al apapacho, no faltó quien le preguntara cautelosamente a la secretaria por qué había tomado la decisión de correrlos a todos, y ella, directa y franca como es, incluso a veces sin filtros, se sinceró ante los despedidos: “Es que allá en Economía, Marcelo corrió a toda mi gente y no tengo dónde colocarla, por eso necesito sus puestos”, les dijo y acto seguido dio por terminada la reunión. O sea que al final nada ha cambiado en la burocracia federal y por más que en el discurso digan lo contrario, en la 4T siguen existiendo los gobiernos de cuotas y de cuates…Ahora que la ex senadora priista, Cinthya López Castro ya tiró a la basura su antiguo orgullo tricolor y porta con la vehemencia de los conversos su nuevo ropaje guinda, nos cuentan que detrás de su ruptura con Alejandro Moreno Cárdenas y con el PRI, hubo toda una historia de órdenes y contraórdenes que recibió López Castro de parte de Alito y una estrategia de la neomorenista que contó con el apoyo de su “madrina” para que llegara a la 4T, la influyente y empoderada senadora chihuahuense Andrea Chávez. Todo sucedió en aquella sesión del 31 de octubre en el Senado, cuando se debatía la llamada “Supremacía Constitucional”. Como Morena no alcanzaba los votos necesarios para la reforma constitucional y le faltaba un senador, el coordinador morenista, Adán Augusto López, negoció con Alito Moreno que se ausentara de la sesión un senador del PRI. Moreno le pidió entonces a López Castro, de su bancada, que se saliera del salón de sesiones y no regresara a votar. La senadora obedeció la instrucción y antes de que se votara la reforma, el senador de Morena, Ricardo Sheffield, se fue del recinto molesto con Adán Augusto por las diferencias que habían tenido ambos y las investigaciones y denuncias que el tabasqueño le abrió a Sheffield cuando era procurador del Consumidor, por presuntos actos de corrupción en la verificación de gasolineras. Cuando Alito vio que le faltaría otro voto a Morena por la ausencia de Sheffield, supo que la ausencia de su senadora valía más e intentó renegociarla con Adán Augusto, por lo que le llamó a Cinthya López y le pidió que regresara al salón de plenos; pero la senadora priista se negó y comenzó una discusión y un jaloneo con su dirigente nacional que le gritaba que regresara a la sesión. La senadora capitalina empezó entonces a desplegar su propia estrategia y aprovechando la amistad que había hecho con la senadora Andrea Chávez, la llamó para pedirle que la ayudara y le contó lo que estaba pasando y los gritos y presiones de Moreno Cárdenas. La legisladora chihuahuense, que tiene un amplio y conocido poder de decisión en el Senado, le dijo a la priista: “No regreses amiga, no te preocupes, ahorita yo hablo con Adán y le digo que te recibamos en la bancada”, y como lo que dice la senadora Chávez es ley, efectivamente Cinthya López Castro no sólo fue recibida en la bancada de Morena, sino mandó al carajo sus casi 20 años de militancia priista y de paso a su protector Alito Moreno, y se puso la camiseta guinda. Y para que no quedaran dudas del poder de su amiga y madrina, en cuestión de unos días, por petición del coordinador Adán Augusto López, la presidenta Claudia Sheinbaum estaba recibiendo a la senadora López Castro en el despacho presidencial del Palacio Nacional. Y las dos sonreían posando para la foto…Los dados cierran la semana con una Doble Escalera. Tranquilidad y descanso para los amables lectores en el fin de semana.