El pasado martes 4 de noviembre los rectores y rectoras de las universidades públicas del país llegaron a Palacio Nacional, convocados a reunirse con la presidenta. Todos arribaron desde sus estados esperanzados en que la doctora les dijera cómo aumentarán el presupuesto a la educación superior, que en su Presupuesto Federal de 2026 sufre un recorte de casi 5% en relación a este año. Pero en lugar de hablar de una mejoría en los recursos para las atribuladas y saturadas instituciones educativas, la mandataria sólo les recomendó tres cosas: “austeridad, que aumenten su matrícula y que dialoguen con sus alumnos”.
Las caras de decepción de muchos de los rectores cuando escucharon a la presidenta fueron más que evidentes y al salir del Palacio el comentario entre la mayoría de ellos era que el discurso de la presidenta sin duda era interesante y motivador, pero todos se preguntaban cómo aumentar la matrícula con menos presupuesto que este año. “Fue un buen gesto de la presidenta invitarnos, pero fue decepcionante que ni ella, ni la SEP de Mario Delgado nos hayan apoyado para aumentar el presupuesto para 2026, en lugar de reducirlo”, nos dijo uno de los rectores asistentes al encuentro.
Fue la primera reunión que las universidades e instituciones de educación superior de toda la República sostenían con la presidenta Sheinbaum desde que asumió el poder y en su discurso la presidenta nunca habló de aumentar recursos y presupuesto para la educación superior; por el contrario, en el comunicado que publicó el área de prensa de la Presidencia, sólo se destaca que “con respeto a la autonomía de las instituciones de educación superior, la Jefa del Ejecutivo les convocó a hacer un ejercicio de austeridad republicana para ampliar la matrícula de estudiantes y garantizar el acceso a la educación.
Las rectoras y rectores de las Universidades públicas, desde Baja California hasta Yucatán, pasando por instituciones como la UNAM, la UdeG, la UANL, la UAS y todas y cada una de las casas de estudio salieron con un signo de interrogación en la cara: ¿y los recursos para cumplir con lo que nos pide la presidenta? Porque mientras en el PEF 2026 que se discute en la Cámara de Diputados reduce el presupuesto a la educación superior, que pasa de 188 mil 288 millones de pesos en este año, a 187 mil 896 mdp, es decir 4.7% menos de recursos, la doctora les predicaba que “Quedaron lejos tiempos de la parafernalia del poder, de los privilegios, podemos hacer un gran esfuerzo por nuestros estudiantes, entre menos privilegios haya más matrícula se puede abrir, es factible”, decía la mandataria.
Y en el mismo tono que la presidenta, sus colaboradores Mario Delgado, titular de la SEP, Rosaura Ruiz, secretaria de Ciencia y Tecnología y el subsecretario de Educación Superior, Ricardo Villanueva, tiraron mucho discurso, pero ningún apoyo presupuestal extraordinario para las Universidades. Delgado celebraba que “la universidad sea un espacio para vivir con tranquilidad y libertad”, Rosaura festejaba que “es la primera vez que el Gobierno se reúne con las Universidades para impulsar una estrategia colaborativa que marca un cambio profundo”, y el subsecretario Villanueva proclamaba que “.la plataforma SaberesMx enriquecerá los contenidos de las Universidades”.
¿Y los recursos apa?, volvían a preguntarse los rectores que se parecían a aquellos personajes de la película mexicana “El Rincón de las Vírgenes”, de Alberto Isaac, en la que el gobernador del estado que llega a Comala después de un fuerte sismo que devastó al pueblo y conforme avanza el discurso, lleno de frases grandilocuentes y lugares comunes, los damnificados se voltean a ver desesperados y decepcionados porque el gobernante habló de todo, menos del dinero que les mandaría para reconstruir su pueblo.
Y es que desde antes que los llevaran a todos a Palacio a escuchar los discursos de la presidenta y sus funcionarios, ya varios rectores estaban preocupados y desesperados porque en sus varias reuniones con el subsecretario Ricardo Villanueva, siempre le preguntaban cuando se reuniría con ellos para hablar del Presupuesto y de las demandas y posiciones de las Universidades, pero en lugar de eso, el funcionario de la SEP siempre les pedía armar “jornadas de paz”, luego “diálogos de paz”, y así les daba largas, y cuando le volvían a preguntar que cuando dialogaría con ellos sobre el PEF 2026, solo les contestaba: “Es que si quieren que la doctora les ayude con mas presupuesto, primero tienen que ganarsela haciendo lo que les pide”.
Y los rectores lo hicieron y nunca pudieron expresar sus preocupaciones y plantear sus necesidades reales para el presupuesto del próximo año ni al secretario Mario Delgado, que nunca se dignó a recibirlos, ni al subsecretario Villanueva, que solo les vendió “espejitos”, algo que no se explican los rectores y rectoras, tratándose de quien apenas hace un año era rector de la Universidad de Guadalajara y peleaba siempre por mayor presupuesto.
Así que, con presupuestos recortados, peticiones de austeridad y exigencias de que tienen que aumentar su matrícula de estudiantes y hasta apuntalar el nuevo sistema de Bachillerato Nacional, los rectores de las Universidades e instituciones de educación superior en México no podrán evitar que se profundice la crisis que hoy arrastra el sistema de educación pública superior y al final, entusiasmados cuando los llamaron al Palacio Naciona, se quedaron como aquellos maderos de San Juan, que pedían pan y lo que les dieron fue puro verbo y su receta de “austeridad republicana”.
NOTAS INDISCRETAS… Tras la renuncia anticipada de la magistrada Janine Otálora del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que decidió no continuar en el cargo a pesar de que la reforma judicial le autorizaba a permanecer hasta 2027 en esa posición, se esperaba que el Senado nombrara a una magistrada sustituta que, por mandato de la ley le correspondía a la segunda mejor posicionada en la votación senatorial cuando se eligieron a los nuevos magistrados. Esa posición le corresponde de Rocío Balderas, quien para mayores señas fue directora jurídica de la Segob en los tiempos de Adán Augusto López como secretario. Pero extrañamente, por recomendación del propio Tribunal, el Senado decidió no hacer ese nombramiento y dejar al órgano jurisdiccional solo con 6 magistrados en lugar de los 7 que según la ley deben integrar la sala superior de dicho Tribunal. Y, según nos cuentan fuentes del TEPJF, esa decisión fue avalada por Adán Augusto, el líder del Senado, con el argumento de que “no está claro el mecanismo de sustitución porque la renuncia de Otálora se dio con base en lo que decía la Constitución antes de la reforma judicial”. Pero detrás de la decisión de dejar, otra vez incompleto al Tribunal electoral nos dicen, obedece más bien a una conspiración armada por la “triada” que desde hace más de un año controla a ese órgano, conformada por los magistrados Mónica Soto, Felipe Fuentes Barrera y Felipe de la Mata, quienes habrían convencido al nuevo presidente del Tribunal, Gilberto Bátiz, de que no era conveniente realizar el nombramiento de sustitución de Otálora y le ofrecieron mejor repartirse las posiciones que tenía Janine, que son cerca de 25 espacios de su ponencia, además de algunos espacios en los Comités de Administración del organismo. Gilberto Gil aceptó y, según lo que afirman las fuentes, Adán Augusto también estuvo de acuerdo en bloquear la llegada de Rocío Balderas, a partir de que circularon un chisme en el que se dice que Balderas era “muy cercana” al general Audomaro Martínez Zapata, exdirector del CNI, lo que habría hecho que el líder del Senado, que ha tenido diferencias con Audomaro, se prestara a bloquear a Rocío para que no llegara como magistrada en sustitución de Otálora. Pero resulta que detrás del chisme y del acuerdo que negociaron la triada de Soto y los Felipes con el presidente Gilberto Bátiz, nos indican las fuentes del Tribunal, lo que en realidad hay es una maniobra política de los tres magistrados para mantener ellos el control y la gobernanza del TEPJF porque, aunque ya no tienen la presidencia, con sus tres votos, al que se suma el de la nueva magistrada Claudia Valle que es cercana a ellos, seguirán teniendo la mayoría en un tribunal de 6 y no de 7 integrantes, con lo cual, además de mantener ellos el control de las decisiones y votaciones importantes, también se repartieron las posiciones que le correspondían a Otálora. Es decir que, por más que ahora Gilberto Bátiz sea el presidente, él no tendrá ni mayoría ni gobernanza en el Tribunal Electoral porque solo tiene su voto y el otro voto restante, de Reyes Mondragón no va ni con él ni con la triada que, alineada como ya está desde hace rato a Morena, seguirá mandando el órgano que califica y valida las elecciones en México. No cabe duda que el maquiavelismo y la grilla también se les da a los magistrados electorales… Y hablando de chismes de alto nivel ayer en la Cámara de Diputados, en plena sesión legislativa, apareció desplegada una enorme manta que colgaba de las gradas superiores del recinto. Cuando todos los diputados y asistentes a la sesión comenzaron a voltear a ver la enorme lona, en ella estaba estampada la fotografía en la que se ve a la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde, sentada en una playa de Acapulco, junto al controvertido diputado Arturo Ávila, vocero de la fracción de Morena, quien sostiene en los brazos a la pequeña niña de Alcalde. Esa foto, que ya había sido filtrada en las redes sociales, se acompañaba de la leyenda: “Mientras este par de cínicos y corruptos se pasean en la playa, asesinan a los mexicanos”. La aparición de la manta, como en aquella novela de García Márquez, de la Crónica de una Muerte anunciada, concitó el morbo de los presentes en el recinto legislativo que comenzaron a acercarse y a tomar fotos y grabar videos con sus celulares del enorme panfleto al que bien podría titularse: “Crónica de un amor anunciado”, de esos amores endogámicos que hoy abundan en la nueva casta dorada que nos gobierna… Los dados hicieron Capicúa. Ni Serpiente ni Escalera, sino todo lo contrario. Pero eso sí seguimos ¡Arriba y adelante!, como dijera el Diablo de San Jerónimo.

