La vieja frase de la era priista, que se utilizaba para señalar cuando a cierto personaje o familia le iba muy bien con el régimen de la Revolución al ser notorio el incremento de su patrimonio, se ha “transformado” y ahora se utiliza para señalar a los favorecidos del nuevo régimen y para decir, por ejemplo, que a la familia Alcalde Luján “les hizo justicia la Transformación”. Y es que a todos y cada uno de sus integrantes, el gobierno de López Obrador y su movimiento político, les han resultado altamente redituables en trabajo, contratos y posiciones de poder.
Empezando por el padre, el abogado laborista, Arturo Alcalde, cuyo despacho, si bien ya era reconocido y contratado en la época de los gobiernos del PRI y el PAN, en el actual sexenio creció notablemente su cartera de clientes y se volvió uno de los más solicitados por las grandes y medianas empresas para que les llevara sus asuntos laborales, coincidiendo justo con la época en que su hija, Luisa María Alcalde, ocupó la Secretaría del Trabajo y Previsión Social en los primeros cuatro años de este gobierno.
La misma Luisa María, quien tuvo una actuación más bien gris como secretaria del Trabajo dónde dejo sin cumplir compromisos como el del rescate de los mineros de Pasta de Conchos -con cuyas esposas se negó en una ocasión a tomarse una fotografía que le solicitaban las mujeres durante una visita porque les dijo: “¿Qué van a decir los empresarios?”- y con una reforma laboral que ella presumió pero que fue más bien operada y negociada desde el Senado de la República, pero que hoy ocupa la Secretaría de Gobernación, donde se le ve más en las mañaneras y en los actos partidistas que dialogando con opositores, poderes o gobernadores para resolver problemas de gobernabilidad, es otro ejemplo de un ascenso meteórico en el sexenio y no necesariamente por sus buenos resultados.
Luego está su hermana, Bertha Alcalde Luján, a quien el presidente ha impulsado para todo tipo de puestos, como si su licenciatura y maestría en derecho le alcanzara lo mismo para saber de derecho electoral, que de seguridad, de derecho constitucional, de autorizaciones sanitarias y ahora también de temas de salud pública. Primero López Obrador nombró a Bertha como funcionaria del Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, luego le dio un alto cargo en la Cofepris, después quiso hacerla presidenta del INE a donde casi llega, pero Morena terminó negociando por la oposición, ante el veto que le pusieron a la integrante de la familia Alcalde Luján por sus evidentes nexos políticos e ideológicos con la 4T. Luego la propuso para ministra de la Suprema Corte, donde tampoco pasó en el Senado y finalmente, ya a punto de terminar el sexenio, la nombró el pasado viernes titular del desmantelado y caótico ISSSTE.
Y finalmente la madre, que es consejera nacional de Morena y presidió en los primeros años del gobierno justo el Consejo Nacional de ese partido, constituyéndose en una de las mujeres con más poder dentro del morenismo pues aún fuera del cargo tiene control sobre amplios grupos de consejeros políticos, con lo que sigue influyendo en las decisiones y nombramientos internos del partido gobernante.
La semana pasada, el portal Latinus, dio a conocer un reportaje sobre un edificio que se mandaron construir, utilizando a una constructora (Cuatro, S.A.) que era contratista del gobierno de Claudia Sheinbaum en la CDMX, las hermanas Bertha y Luisa María en la muy cotizada colonia Roma, donde según reporta la secretaria de Gobernación en su última declaración patrimonial, compraron una casa antigua, valuada en 4.5 millones de pesos, para luego tirarla y construir un moderno edificio con tres pisos, dos de los cuales habitan ellas dos. Es decir, que junto con el crecimiento laboral y profesional que las dos han tenido en este gobierno de la transformación, también se transformaron su patrimonio y sus bienes.
Es decir que la Transformación sí les hizo justicia a los Alcalde Luján, aunque junto con ellos hay otros nombres y apellidos familiares a los que la 4T también les “transformó” la vida y el patrimonio. Desde los Gómez Cocheiro, formada por Pablo Gómez, titular de la UIF, y Elvira Concheiro, Tesorera de la Federación, que tienen hijos, hermanos y sobrinos ocupando altos cargos públicos; hasta los Taddei Zavala, de la actual presidenta del INE, y del director de la empresa estatal Litio Mexicano, Jorge Taddei Bringas, ambos con hijos, sobrinos y parientes ocupando cargos federales y diputaciones locales en Sonora; pasando por los Batres Guadarrama, a los que también les “transformó” la vida la 4T, con la ministra Lenia Batres, el Jefe de Gobierno Martí Batres y la diputada local Valentina Batres.
Y por supuesto, la primer familia a la que le ha hecho más que justicia la Transformación es a la del presidente, a juzgar por los negocios en contratos millonarios del gobierno federal que manejan sus hijos Andrés Manuel y Gonzalo, a través de sus amigos prestanombres, además de la cómoda vida del mayor José Ramón. Sólo basta echarle un vistazo a las listas de Morena para diputados y senadores para encontrar muchos otros apellidos que, sin mayores merecimientos hoy ocupan candidaturas al Congreso de la Unión.
Hoy Morena se ha convertido en un partido de familias y linajes que reclaman y obtienen posiciones de poder. Son la nueva casta divina gobernante, la que a partir de apellidos, lazos consanguíneos y compromisos que no tienen que ver con experiencia, trayectorias o capacidades, se reparten las posiciones, cargos y candidaturas, echando por tierra aquella promesa presidencial de desterrar para siempre las lacras del nepotismo, el amiguismo y el influyentismo. Por eso decimos que los Alcalde, beneficiados y privilegiados por el régimen, son a final de cuentas una familia de tantas a las que les ha hecho justicia la Transformación.
NOTAS INDISCRETAS… El primer tema que tocaron las tres campañas presidenciales, en el arranque de su proselitismo, fue el de la Seguridad y la violencia que asfixia al país. Cada una con su enfoque y con su visión. Claudia Sheinbaum sin reconocer que vivimos la peor crisis de seguridad, con asesinatos diarios, masacres, desapariciones y angustia de millones de mexicanos que son amedrentados y extorsionados por el crimen organizado, propone continuar con la misma estrategia fallida del presidente López Obrador. “Seguir con las reuniones temprano del Gabinete de Seguridad”, dice uno de los puntos de la propuesta de la candidata de Morena, como si esas reuniones hubieran demostrado servir de algo en los casi 6 años de que se realizan diariamente. En todo caso, la candidata del oficialismo, sin poder decir que la seguridad es un fracaso en este gobierno, sí reconoce que es el problema más apremiante para los ciudadanos, al hacerlo su tema central en el discurso de arranque de campaña y ofrecer mejorar la situación con base en su experiencia y resultados en el tema de seguridad como jefa de Gobierno. Por su parte Xóchitl Gálvez, que tiene el discurso opuesto en cuánto a la gravedad de la inseguridad y violencia que hoy padecen los mexicanos, se fue iniciar campaña a Fresnillo, la ciudad más violenta de México en los últimos años, y desde ahí, donde se muestra cercana a las víctimas de la violencia del narcotráfico, dice que se acabarán los “abrazos, no balazos” y, en un intento de ponerle más dramatismo al asunto, firma una carta compromiso con tinta de su propia sangre, prometiendo no desaparecer los programas sociales del obradorismo si llega a la Presidencia. Y también en un tono más crítico sobre los resultados en seguridad de este gobierno, el candidato de MC, Jorge Álvarez Máynez inició su proselitismo nacional en Lagos de Moreno, justo uno de los lugares que ejemplifican la descomposición del México actual y en donde la tranquilidad y paz que solían caracterizar a esa pequeña ciudad en Los Altos de Jalisco, hoy ha cambiado por balaceras, ejecuciones y desapariciones diarias, como la de los 5 jóvenes secuestrados y brutalmente asesinados en diciembre pasado en ese municipio. Es el primer tema en el que confrontan posiciones y visiones en el arranque de las campañas. Hoy los tres aspirantes a la Presidencia estarán en un foro de Citigroup, en la CDMX, en donde hablarán ante empresarios y socios de ese grupo financiero estadunidense sobre sus planteamientos económicos y fiscales. Cada uno lo hará por su cuenta y aunque los tres ya confirmaron su asistencia, no coincidirán en hora ni en tiempo… Y hablando de los problemas de seguridad, desde cuentas de la red social X se está convocando se está convocando a una manifestación el próximo miércoles 6 de marzo para exigir que se investigue la desaparición de los dos marinos Victoriano Rodríguez Zurita y Oscar Manuel González Andrade, que le habían sido comisionados al senador del PT, José Narro Céspedes, y que misteriosamente desaparecieron después de haber sido vistos por última vez en un centro comercial de la CDMX en donde el legislador petista se reunió con operadores del crimen organizado que presuntamente financiaban campañas de candidatos de Morena a gubernaturas como la de Tamaulipas. El caso que ha sido denunciado por los familiares y por otros integrantes de la Marina que exigen saber qué paso con los dos marinos, fue atraído por la FGR desde el año pasado pero no se ha informado de ningún avance; incluso el Comité de Desapariciones de la ONU emitió una ficha de búsqueda “urgente” pero hoy, a punto de cumplirse mañana dos años de su desaparición nada se sabe de cuál fue el destino de estos dos integrantes de la Marina que le habrían sido enviados al senador Narro Céspedes desde Acapulco, según consta en una carta que el legislador le solicitó a la alcaldesa morenista, Avelina Salgado, aunque el petista ha negado haber solicitado dicha comisión. En todo caso este miércoles en la que han nombrado Glorieta de los Desaparecidos, en el Paseo de la Reforma, donde antes se conocía como Glorieta de la Palma, están citando a protestar por la inacción y desinterés del gobierno federal y del propio secretario de Marina, Almirante Rafael Ojeda, para que se conozca cuál fue el destino de los dos marinos y por qué los desaparecieron… Serpiente doble mandan los dados. Se viene fuerte la semana.