–La democracia es un gran negocio–, declaró el entonces joven Azcárraga Jean, reciente heredero de Televisa. Corría el año de 2004.

Televisa ya no era priista como lo fue en el siglo XX. Ahora recibía dinero del gobierno panista. Eso abiertamente.

De forma encubierta, recibía pagos de cualquier político por entrevistas o menciones –o campañas en forma para enaltecer su imagen –o para golpear la de sus adversarios.

Lo propio hacía TV Azteca.

Entonces una entrevista en vivo costaba 1 millón de pesos; una mención 300 mil pesos.

Además, Televisa y TV Azteca tenían (y tienen) otros negocios fuera de la “información” y para favorecerlos canjean propaganda –y para “descontar a los rivales, les damos llegues”. La expresión es de una de las estrellas “informativas” de Televisa.

En efecto, el neoliberalismo convirtió en un enorme negocio a la democracia.

En la segunda década del siglo XXI la TV comercial encuentra su némesis. Las redes sociales.

Cien programas de opinión aparecen en youtube y otras plataformas. Son programas sin dinero para producción y sin información propia, pero a cambio tienen la virtud de carecer de dueños y cajas registradoras. Funcionan por amor a la libertad de expresión.

Y las audiencias más inteligentes emigran a esos nuevos programas libres.

En el año 2018, López Obrador gana las elecciones sin haber pisado Televisa o TV Azteca más que dos veces en su campaña y gracias a las redes:

–Las benditas redes sociales –las llama.

La reacción de las televisoras comerciales es entrar al negocio de las redes: crean sus medios, que disfrazan de libres e independientes, y son tan o más golpeadores que los mil y un programas realmente independientes de las redes.

Eso es Metrics, la fábrica de noticias falsas para el golpeteo político fundada dentro de Televisa en el año 2018 –y cuya existencia ha revelado Carmen Aristegui está semana que acaba.

Metrics es comandada por uno de los dos subdirectores de Televisa, Javier Tejado; tiene su sede física en Televisa Chapultepec; sus empleados son pagados por Televisa; y la mitad de sus campañas negras tienen como beneficiario a Televisa.

¿Reconocerá Televisa a Metrics como propia?

Hasta el día de hoy, no. Pero declare lo que declare, será difícil creerle que Metrics no es su brazo secreto y guerrillero.

Iguales dudas acechan a Latinus, que conducen dos excolaboradores de Televisa, Carlos Loret y Brozo, y que nunca ha declarado sus formas de financiación. Lo que es seguro es que su lujosa producción, sus varios reporteros y sus caros analistas no se pagan por las vistas en youtube. Cualquier contador de ábaco sabe que no salen las cuentas.

En cambio la revista digital Etcétera, una versión lumpen de Latinus, dedicada a golpear con mentiras extravagantes a figuras de la Izquierda, sí está impulsada por Televisa, como se comprueba en documentos aparecidos en Televisa leaks.

Oh sí, la democracia sigue siendo un gran negocio. Hoy entre los candidatos a cualquier puesto de poder circula una hoja de precios. Se venden entrevistas y menciones en espacios particulares de Televisa y TV Azteca, también en programas de otras televisoras y radiodifusoras comerciales, también en artículos de opinión, y también en programas “independientes” de las redes.

Imagínese el lector, la lectora, a una candidata a la Suprema Corte de Justicia ojeando ese tabulador de transas. Bueno, me tocó ver ese retrato de la corrupción de la democracia hace dos semanas.

Más de ese tabulador en una próxima entrega, por lo pronto cierro con una pregunta.

¿Cómo limpiar la conversación pública dominada hoy por mercenarios?

Es odioso imaginar un control del gobierno.

¿Entonces quién debe informarnos de los delitos ocultos de los “informadores”?

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jf