Dos mujeres personificaron el año 2024 la crisis del Poder Judicial. Norma Piña y Lenia Batres. Dos mujeres que no podrían ser más distintas entre sí.
Norma Piña, sin filiación partidista conocida, con calificaciones sobresalientes en instituciones educativas de México y España, ingresó al Poder Judicial en 1992, y empezó a subir ordenadamente por su escalafón; fue nombrada ministra de la Suprema Corte de Justicia por el presidente Peña Nieto en el año 2015; y luego de dos candidaturas no logradas, en el 2023 fue electa por sus pares como su presidenta, la primera mujer en ocupar el cargo más alto del PJ.
Secretiva, como han estilado los jueces mexicanos, no dio una sola entrevista durante todos esos años de ascenso, pero cuando los rumores de una reforma judicial impulsada por el presidente López Obrador se intensificaron, decidió salir a los medios para oponerla, y entonces usó para ello dos tipos de lenguaje: uno técnico, que los simples mortales no entendieron, y otro amistoso, que gustó más a la gente, pero nunca explicó la crisis.
Posiblemente el peor error de su vida fue haber aceptado en el último año de su mandato demasiadas cenas con nuevos amigos.
Con los presidentes del PRI y el PAN primero. Luego con los más distinguidos intelectuales neoliberales de México. Fue en esas veladas de manteles largos y copas de vino que Norma Piña adquirió la narrativa que habría de enfrentarla directamente a la Izquierda.
La 4T es “la barbarie” y aspira a ser “una dictadura”, y ante ella solo existía un último bastión para proteger a “la democracia”: el Poder Judicial.
Así fue como la ministra presidenta del Poder Judicial se envolvió en aires heroicos para defender “la democracia” de la fuerza “bárbara” de la Izquierda –y llamó a los jueces a declarar inconstitucional cada iniciativa del Presidente, convirtiendo la confrontación en una guerra existencial. O sobrevivía el Poder Judicial tal como era o sobrevivía el proyecto de López Obrador. Una guerra de Todo o Nada que sin darse cuenta, la ministra puso a consideración del pueblo: fue en las urnas que habría de decidirse por fin.
Lenia Batres en cambio fue educada en la lectura de lo social como política. Nació en la familia formada por dos maestros de escuela, suscritos al Partido Comunista. Ella y sus hermanos sostenían competencias de velocidad en la lectura de libros y cada año veían en la televisión el informe del presidente en turno, para que luego cada niño lo desglosara ante sus padres.
Militante del PSUM, luego del PRD y luego de Morena, Lenia fue nombrada por el presidente López Obrador ministra de la Suprema Corte de Justicia en 2024. Y desde su llegada al más alto tribunal del país, se volvió notable su diferencia con los otros diez ministros.
Ellos secretivos y de lenguaje complejo especializado, se alarmaron cuando Lenia, “la infiltrada del obradorismo”, como la llamaban a su espalda, empezó a dar entrevistas en los medios y a escribir en EL UNIVERSAL una columna semanal llamada La ministra del Pueblo.
Algún ministro supremo decidió escarmentarla filtrando a las redes un video donde se ve a Lenia en la vecindad donde vive: cargando una cubeta de plástico, va en leggings, chanclas de hule y sus eternos lentes, y se hace de palabras con un vecino mientras empuja a un joven, presuntamente su hijo, a volver al hogar.
Si la intención fue exhibir la falta de “clase” de la ministra –la vecindad, el pleito, la falta de dinero y de guaruras–, se logró con creces: el video le confirmó a la gente-gente que es una ministra del Pueblo.
Y cuando en el Congreso empezó a debatirse la reforma del Poder Judicial, Lenia no defraudó: se quitó la toga negra y la supuesta imparcialidad, salió a la calle y micrófono en mano habló en mítines con la gente-gente para asegurarles que la reforma era apremiante.
Según la reforma judicial ya en efecto, el próximo presidente de la SCJ será el candidato que reciba la mayor cantidad de votos en las urnas el próximo 1 de junio; dada su visibilidad, lo más probable es que Lenia Batres sea la electa.
Dos mujeres, dos ministras, una historia que entrará a la Historia y esta semana en Largo Aliento narraremos a detalle.
Eso el jueves a las 9 PM en Canal 14. Y el sábado a las 9 PM en Canal 11.